martes, 12 de mayo de 2015

Somos instrumentos de Dios, no somos Dios

El párrafo de los Hechos de los Apóstoles de hoy nos narra al final la conversión del carcelero de Pablo y Silas:
"El carcelero pidió una lámpara, saltó dentro, y se echó temblando a los pies de Pablo y Silas; los sacó y les preguntó:
- «Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?»
Le contestaron:
- «Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia.»
Y le explicaron la palabra del Señor, a él y a todos los de su casa.
El carcelero se los llevó a aquellas horas de la noche, les lavó las heridas, y se bautizó en seguida con todos los suyos, los subió a su casa, les preparó la mesa, y celebraron una fiesta de familia por haber creído en Dios".
Es cierto que el testimonio de los cristianos, en este caso Pablo y Silas, permite a los que no creen creer, así como muchas veces hace que los que crean no crean. Es decir lo que vivimos nosotros, los cristianos, es importante para mostrar el valor y el brillo de la fe. Somos instrumentos en manos del Padre y, por medio nuestro, quiere mostrarse al mundo.
Y eso es lo que tenemos que tener en cuenta: somos instrumentos que manifiestan el amor de Dios, pero no somos Dios. No tenemos que hacer que la gente crea en nosotros, por más santos que seamos, sino que por nosotros llegue a Dios, porque como le dice Pablo al carcelero: "cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia", porque no somos los cristianos los que salvamos al hombre, sino que es Jesús quién entregó su Vida por la salvación de todos los hombres.
¿Por qué esta reflexión? Porque me parece importante que entendamos que es cierto que el testimonio de un religioso, un sacerdote, un laico pueden acercarnos a Dios, no debemos hacer que esa conversión quede "pegada" a una persona humana, sino que debemos tener en claro que debemos llevar a la persona hacia Dios, que es quien salva. Porque si ponemos, como ha pasado en estos días: "si tal persona sigue así vuelvo a creer en Dios", y ¿cuando esa persona se muera, o deje de ser como es, tu fe se perderá? Entonces no crees en Dios, crees en esa persona.
Y vuelvo a los mismo, los cristianos somos importantes porque somos como "la cara (en el mundo)" de Cristo, pero somos instrumentos de Cristo para llevar al mundo Su Mensaje no nuestro mensaje, para llevar al mundo Su Vida no nuestra vida, para llevar al mundo Su Espíritu y no nuestro espíritu, para llevar al mundo Su Salvación y no nuestra salvación porque nosotros no salvamos a nadie.
Y Jesús confiando en nosotros nos ha dicho: "vosotros sois la sal de mundo... vosotros sois la luz del mundo..." pero sólo si permanecemos unidos a Él, si vivimos en Su mismo Espíritu, si guardamos sus mandamientos, si vivimos el mandamiento que Él nos dijo: amaos unos a otros como Yo os he amado.

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