lunes, 4 de mayo de 2015

Él me eligió y yo lo elegí a Él

"Le dijo Judas, no el Iscariote:
- «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»
¿Por qué el Señor nos ha dado a nosotros el don de la fe y a otros no? ¿Por qué algunos creen y otros no? ¿Por qué nos cuesta creer?
El Don de la fe es un don que se nos ha dado a todos los hombres, todos creemos en algo o en alguien, aunque algunos hagan el esfuerzo de decir que no creen (aunque en realidad saben que existe para decir que no creen) Pero no todos tienen la capacidad o la disponibilidad de actualizar el don en sus vidas. Todos los hombres necesitamos re-ligarnos a algo o a alguien (es lo que significa religión) y cada uno elige, voluntaria y libremente, a qué o a quién re-ligarse.
Los que hemos aceptado el don de la fe cristiana lo hacemos para re-ligarnos a Cristo que es nuestra Vida, por eso intentamos cada día escuchar Su Palabra y, como Él, hacer la Voluntad del Padre. Claro que ese es el Ideal, pero no siempre escuchamos su Palabra y hacemos la Voluntad del Padre, porque para muchos la Palabra de Dios no sirve y la Voluntad de Dios no es para estos tiempos. Son los que quieren hacer un cristianismo a su propia medida, sin darse cuenta que cuando aceptamos seguir un camino, debemos aceptar también los límites que tiene ese Camino para poder llegar a donde ese Camino nos lleva.
Por eso, la pregunta de Judas es interesante ¿por qué revelas a nosotros y no al mundo? ¿Por qué Jesús se reveló a mi corazón? En realidad Jesús está en medio de todos, pero sólo algunos lo buscan, y sólo unos pocos lo eligen. Porque llegar a Él es encontrar el Camino del Amor, porque no sólo es una elección de algo para hacer, sino que el la elección de una Vida para Vivir, y ésta Vida es una Vida en el Amor.
Y así la pregunta sería ¿por qué me he enamorado de Cristo? ¿Por qué he aceptado su invitación a seguirle y no la han aceptado otros?
Él me ha elegido para que mi vida y mis palabras puedan dar testimonio del Amor del Padre y del Hijo por nosotros. Para que mi vida y mis palabras puedan ser el instrumento para que los hombres descubran a Dios. Él no ha querido mostrarse a todos, sino que ha querido habitar en mí para poder llegar a todos.
Somos así testigos creíbles de la resurrección de Jesús, somos testigos creíbles de la Vida en Cristo, de la Vida en Dios. Somos testigos creíbles de que vivir en Dios se puede y es nuestro gozo y el sentido de nuestra vida. Somos así testigos creíbles del gran Amor de Dios, de la Verdad de Dios, de la Vida de Dios. Por que no somos nosotros quienes hacen posible esta vida sino que es Dios mismo quien lo hace porque Él mora en nosotros:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él".
Y no debemos preocuparnos por qué vamos a decir o cómo lo vamos a hacer por que es el Espíritu Santo quien nos ayudará en cada momento a vivir y hacer, sólo debemos ser dóciles instrumentos en sus Manos para recibir sus Dones y vivir según Su Voluntad, por eso Él nos ha elegido, y al elegirnos nos ha llevado a su lado para, cada día instruirnos, consolarnos, fortalecernos y enviarnos:
"Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.»

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.