"Queridos hermanos:
Atención, ahora, los que decís: « Hoy o mañana iremos a tal ciudad y allí pasaremos un año, haremos negocio y ganaremos dinero». ¡Si ni siquiera sabéis qué será del día de mañana! ¿Qué es vuestra vida? Pues sois vapor que aparece un instante y desaparece.
Más bien deberíais decir: «Si el Señor quiere y estamos vivos, haremos esto o lo otro».
¿No quiere el Señor que hagamos proyectos en nuestra vida? ¿No quiere que tengamos un proyecto de vida a largo plazo? No, no es eso. No es tan literal como lo podemos pensar. Dios sí quiere que proyectemos nuestra vida, pero que la proyectemos desde Su Voluntad, que no proyectemos a ciegas como hacen los que no creen en Dios, sino que lo primero que quiere que busquemos es cuál es su Voluntad para mi vida.
Es cierto que nunca podremos saber cuándo será el día o la hora, pero sí podemos poner nuestros proyectos en Sus Manos para que Él nos vaya aconsejando, nos vaya señalando los pasos a seguir. ^¿Por qué? Porque el mundo nos hace creer que somos los dueños de la vida y no lo somos, sólo somos, como dice Santiago: "vapor que aparece un instante y desaparece", haciéndonos notar la pobreza de nuestra propia vida terrena.
Es algo que nos pasa desde que comenzamos a tomar conciencia de nosotros mismos, ya desde pequeños y más en nuesta adolescencia y juventud, vamos presumiendo de que somos libres y podemos disponer de nuestra vida a nuestro antono, y por ello surgen nuestras primeras peleas y discusiones con nuestros propios padres de la tierra, sin saber que esa misma realidad es la que, luego, llevamos al plano sobrenatural: queremos ser libres pero que me mantengan mis padres.
Que nadie me ponga límites en mi vida, pero sí que me den para vivir. Y lo mismo nos pasa con Dios. Por eso sigue diciendo Santiago: "Sin embargo, ahora presumís con vuestras fanfarronerías, todo alarde de ese estilo es malo".
Mostramos nuestro poder frente a la vida enfrentándonos con media humanidad, nos creemos los poderosos porque podemos dar dos voces y hacerle ver a los demás lo inteligentes que somos, elevamos el dedo acusador frente a los que intentan frenar nuestros impulsos, pero a la vez no podemos defendernos solos de las cosas que nos suceden y buscamos siempre ayuda para poder sobrevivir.
Aunque sepamos y nos demos contra la pared, una y otra vez, nunca vamos a bajar la cabeza para decir "me equivoqué", porque no está dentro de nuestra posibilidad el humillarnos frente al error, sino que ante el error queremos culpar siempre a los demás.
"Por tanto, el que sabe cómo hacer el bien y no lo hace, ese está en pecado", dice Santiago. Busquemos, pues lo sabemos el bien ante todo, pero sobre todo, busquemos la Voluntad de Dios, pues es el Camino seguro que nos lleva a la salvación, es el Camino que nos hace verdaderamente libres, pues lo que nuestro Padre quiere es que nos encontremos a nosotros mismos y vivamos de acuerdo a lo que somos, a lo que Él pensó para nosotros desde antes de la creación del mundo. Ahí está lo que anhelamos y buscamos constantemente, pero para eso debemos abrir nuestro corazón a su Voluntad y dejar que el Espíritu nos enseñe el Camino a recorrer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.