jueves, 3 de mayo de 2018

Aun no me conoces?

"¿Hace tanto que estoy con vosotros y no me conoces?", es lo que le responde Jesús a Felipe, cuando él le pide que le muestre al Padre.
Pero también es una pregunta que nos podría hacer a nosotros cuando no aceptamos de corazón lo que el Evangelio nos pide vivir, cuando no apreciamos como deberíamos el Amor de Cristo, cuando ponemos excusas a la hora de ir a su encuentro en la oración o en la Eucaristía, cuando dejamos de lado su Palabra por palabras humanas, cuando...
Sí, por momento parece que no lo conociéramos a Jesús, porque nos olvidamos que está a nuestro lado, que nos espera en cada día para hablar a nuestro corazón, que se nos entrega en cada Eucaristía para alimentar nuestra Fe, Esperanza y Caridad...
A veces parece que esperáramos más de Jesús, pero en realidad es que no hemos estado lo suficiente con Él, y lo que esperamos de Él ya lo tenemos pero no sabemos que ya nos lo ha dado. ¿Qué más nos puede dar alguien que nos ha entregado su Vida y que nos la vuelve a entregar en cada Eucaristía?
"Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados, y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano".
En el Evangelio que nos ha sido anunciado, en la Palabra que hemos creído está Jesús, está su entrega, está su Camino, su Vida y su Verdad, pero no vamos a Él como deberíamos, no lo rezamos lo suficiente y no lo dialogamos con Él como para que se nos vaya enraizando en el corazón, para que esa Palabra que es Vida nos vaya alimentando y dando eso ¡Vida! porque la Palabra unida a la Eucaristía es la Vida misma que se nos da, que nos alimenta y nos ilumina cundo más la necesitamos.
¿Quieres conocer a Jesús? Ve a la Palabra de Dios, pero no sólo la leas, sino que dialoga con ella, deja que la Palabra te pregunte, te ilumine, te cuestione, te aliente, te sorprenda. Porque no es una libro cualquiera, sino que es Tu Padre Dios que te habla a través de Ella, pues la Palabra es Su Palabra.
Y en la vida del Hijo que se refleja en esa Palabra está señalado el Camino a recorrer para tener Vida, y será Su Vida la que recibirás y así podrás, con la Gracia del Espíritu Santo, no sólo conocer al Padre y al Hijo, sino que el Espíritu te ayudará a encontrar en sus Palabras el sentido para tu vida, el sentido para todo lo que te toca vivir, y para que vivas todo lo que El Padre ha pensado para tí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.