Uno se podría preguntar ¿por qué Jesús se enfada tanto con la hipocresía de los que conocen la Ley y los Profetas? ¿Por qué es tan duro con los que sólo cumplen con la letra de la ley y no la viven? Por que sabe que con sólo cumplir la letra no alcanza para la salvación del alma.
Jesús no vino para darnos más leyes para cumplir, sino para enseñarnos a vivir la Ley, para darnos razones para vivir nuestra fe. Por eso Él mismo dice que no vino a abolir la ley ni a reformarla, sino a darle plenitud. Y ¿cómo le da plenitud? viviendo con Amor la Ley de Dios, porque sabe que su Padre ha escrito su Ley por Amor a nosotros, para que el hombre, su creación, sus hijos, puedan alcanzar la gloria eterna, la salvación de su alma.
Cuando sólo se cumple la ley, o cuando hipócritamente se dice una cosa y se vive otra, estamos yendo por otro camino que no es el camino de la salvación.
¿Qué pasa cuando un padre o una madre ven que sus hijos están yendo por un camino que no es el mejor para sus vidas? Avisan, aconsejan, en algunos casos llegan a enfadarse tanto que dan voces para que detengamos la marcha y pensemos. Pero, tantos ellos como Dios no tienen el poder para quitar la libertad de decisión, sólo pueden advertirnos de los peligros, y nosotros, los hijos, tenemos el poder de decidir sobre nuestras vidas.
Cuando un niño pequeño va hacia el peligro hay que dar un grito fuerte para que frene su marcha, porque no hay tiempo para explicaciones; una vez que se detiene y evita el peligro se le pueden dar razones, las que puede llegar a entender como niño, pues no es adulto. Y, nosotros, somos ante Dios como niños, por eso el Hijo nos da fuertes gritos de alerta frente a los peligros de la vida, frente al peligro de perder la Vida que Él mismo nos ha conseguido por su entrega en la Cruz.
Sí, no nos gusta que nos griten, ni que nos digan qué debemos hacer o cómo debemos hacer nuestra vida. Todos hemos dicho "ya soy grande como para tomar mis propias decisiones, no me digan lo que tengo que hacer o cómo hacerlo", pero siempre es bueno mirar y escuchar con amor a quien con Amor está velando por mi vida. Él por Amor quiso hacerse hombre para darme una Nueva Vida de Hombre, no dejes de escucharlo porque crees que tus razones son mejores que las de Dios, Él sabe hasta dónde puedo llegar y cómo debo llegar, y, por historia y experiencia sabe mucho más que vos y yo, podríamos darle la posibilidad de que tenga razón cuando quiere señalarme el Camino para alcanzar la Vida.
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