Uno podría preguntarse ¿por qué Pedro y los apóstoles respondieron así?:
"Pedro y los apóstoles replicaron: – «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres".
Por que antes habían escuchado esto:
"El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos".
Claro que ese estar por encima de todos no es el pecado de la soberbia y la vanidad, sino que al estar llenos del Espíritu Santo no estamos pesando en las cosas terrenales, porque si bien estamos en el mundo no somos del mundo (nos lo dijo el Señor en la Última Cena)
Y esta es la condición que no siempre tenemos en cuenta al comenzar el día: "venimos de lo alto", somos hijos de Dios, no hijos del mundo. Por eso al levantarnos nuestra primera intención (después de lavarnos la cara, claro) tendría que ser ponernos en oración, meditar la Palabra de Dios, y dialogar con el Padre.
Sí, porque de esa manera comienzo el día recordando quién soy, de dónde vengo y lo que tengo que hacer en este mundo me lo dirá y recordará el Señor en Su Palabra.
De este modo, al recordar que soy de Dios me va a ser más fácil que primero "tengo que obedecer a Dios ante que a los hombres".
Y, en este "a los hombres" no sólo tengo que pensar en lo que los demás me puedan decir, sino, también, en mi propio yo, porque mi propio yo es humano y, como dice San Pablo: "no siempre hago lo que debo sino lo que no quiero" pues "hay en mí una lucha constante entre la carne y el espíritu".
Por que será al comenzar la mañana cuando haciéndome eco de las Palabras de Jesús pueda comenzar a dar muerte a mi propio YO humano, para dejar paso a las inspiraciones del Espíritu Santo que me fue dado. Pues es el Espíritu quien me ilumina y enseña el Camino a seguir obedeciendo al Padre.
"Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen»
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.