Jesús le contestó:
-«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.»
Cuando a lo largo de los años comprendemos que la infancia espiritual no es una tontería, sino que es una realidad maravillosa para vivir, descubrimos en las Palabras del Señor regalos increíbles que nos ayudan a confiar y creer cada día más.
A Natanael le bastaron pocas palabras de Jesús para hacer una profesión real y clara, y por eso le entregó su vida y fue un gran apóstol.
Hoy, en el día de los santos Arcángeles el Señor nos vuelve a invitar a hacer el camino de la infancia espiritual, sí no lo dice claramente en el evangelio, pero el creer simplemente en sus palabras no es un acto intelectual de un adulto, sino que es la fortaleza espiritual de un niño. De un niño que sabe Quién es el que le está hablando, y que sus Palabras bastan para comenzar a recorrer el Camino.
Y nos invita a recorrer un Camino en el que no estamos solos, aunque muchas veces parezca que nos hemos quedado solos y desamparados, pero no es así, pues el Padre ha puesto a sus Ángeles a nuestro servicio. Claro que no los ha puesto para todo lo que se nos ocurra y para que vivamos alocadamente total ellos cubren nuestras espaldas, sino que nos los ha puesto como guardianes y portadores de Su Palabra.
"Y le añadió:
-«Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Y si nosotros, por haber creído y por vivir, somos imagen del Hijo de Dios, entonces también los ángeles estarán a nuestro lado como lo estuvieron al lado de Jesús, porque imagen suya somos. Pero para ello hemos de vivir como Él, de aceptar la vida de Hijo que Él acepto y que, a pesar del sufrimiento que tuve que padecer, aceptó la Voluntad de Dios en todo momento.
Aceptar el Camino de la Infancia Espiritual no es vivir en el providencialismo de que todo depende de Dios, y todo lo cubrirá Él, sino que es un Camino que implica un esfuerzo constante de adecuarnos a lo que creemos, de preguntar, sí, cómo María: "¿cómo puede ser esto?", pero de aceptar el Camino que el Padre me pide recorrer. Por que lo que tiene de hermoso la Infancia Espiritual es que el Padre pone a nuestro servicio todos los miedos necesarios para poder hacer realidad Su Voluntad.
Sí, nos parece muchas veces que Dios no pone nada de su parte, pero si miramos con ojos puros de niños vamos a poder asombrarnos a cada paso con todo lo que Él ha puesto a nuestro lado para acompañarnos, podremos disfrutar de cada pequeño regalo y de cada gesto que nos indica por dónde ir.
A partir de hoy comenzaremos a gustar de muchos personajes que nos traerán el mismo mensaje: la alegría de la entrega, el gozo de creer, la seguridad de confiar. Si miramos sus vidas y ejemplos vamos a descubrir que en nuestras vidas hay situaciones parecidas y que si las vivimos con confianza y disponibilidad, grandes cosas hará Dios con nosotros.
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