Hoy las dos lecturas son realmente muy lindas, tienen, tanto la carta de Pablo y el Evangelio, el color del amor del que predica por su gente, del que quiere compartir lo mejor que ha encontrado en su vida, aquello que le ha dado sentido y fuerza a su vida.
Siempre me ha gustado este comienzo en la carta de Pablo:
"Ojalá me toleraseis unos cuantos desvaríos; bueno, ya sé que me los toleráis.
Tengo celos de vosotros, los celos de Dios; quise desposaros con un solo marido, presentándoos a Cristo como una virgen intacta".
Es lo que deseamos los que nos hemos encontrado con Jesus y nos ha llamado a vivir su Vida, porque nuestra relación con El es una relación de amor, es una entrega mutua y total en la que el Amor que El nos da es infinitamente superior al nuestro y, sin embargo, es continua cada día siendo fiel.
No hay Amor más fuerte y mas pleno que Su Amor, por eso, cuando lo predicamos deseamos que, cada uno, en su propio estilo de vida, pueda llegar a vivirlo, a gustarlo porque, como dice San Juan: " nosotros hemos conocido el Amor de Dios" y queremos compartirlo con vosotros.
Y, por otro lado, Jesus nos comparte no una oración, sino un diálogo de Amor con el Padre, porque eso es la oración: un diálogo de amor, un diálogo entre el hijo con su Padre. Jesus nos dio una pista, no para aprenderla de memoria, sino para que nos sirva de ejemplo que, igualmente, es una bella oración porque sintetiza y nos centra en los más importante del diálogo, para que no nos vayamos por las ramas pidiendo algo que no debemos, sino centrándonos en lo que necesitamos.
Y ¿por qué digo que es u dialogo? Por que lo primero que nos dice es que digamos: Padre, a partir de ahí sabemos que vamos a comenzar a hablar con alguien que nos es cualquiera, sino que es quien nos ha dado la vida, quien nos ha dado lo mejor que tenemos y nos muestra cual es nuestra relación con El: somos sus hijos.
Así tendremos la visión clara de que, como hijos, comenzamos un diálogo necesario, pero que brota de una realidad: la de los hijos pequeños que buscan, que sufren, que necesitan del consejo, la sabiduría, la fortaleza de aquel que les ha dado la vida y conoce el camino y, por eso mismo, nos lo ayudara a caminar.
No nos olvidemos que nos han transmitido una vida de Amor, un Camino que han recorrido y que nos lo han compartido como el mejor tesoro encontrado, no dudemos en buscarlo y encontrarlo, y, a su vez, compartirlo, porque cuanto más lo compartamos mas crecerá en nosotros.
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