viernes, 19 de junio de 2015

Acumular tesoros para sostener mi debilidad

Al terminar, o casi, de leer esta carta de Pablo, uno podría decir: ¡que vanidoso! O ¡que orgulloso! Pero al final del párrafo Pablo nos devela cuál es su verdadero orgullo: su debilidad.
El orgullo, muchas veces se define como una pasión neutra, es decir, lo llevamos para el terreno que mas nos convine. Si es demasiado orgullo en "propias perfecciones" se transforma en vanidad, porque me hace sentir por encima de todo y de todos.
Pero si es para poder lograr aquello que de Dios me esta pidiendo se transforma en fuerza para seguir luchando.
Aquí Pablo utiliza el orgullo como algo positivo, para sentir que él no es menos que nadie, sabe valorar el lugar que Dios le ha dado, pero que, por eso mismo, ha tenido que sufrir cada momento, y, a pesar de su debilidad Dios lo fue sosteniendo y fortaleciendo para que pueda cumplir con la misión que Él mismo le había encomendado.
Y, en ese camino, Pablo descubre que será en "su debilidad" donde radica su fuerza, porque será aceptando que él no puede llevar a cabo la misión, si no es porque Dios lo sostiene con su Gracia. Incluso va a decir: "tres veces clame al Señor para que me librará, pero solo me respondió: te basta mi gracia". Fue suficiente para Pablo no solo saberse débil, sino sostenido por la Gracia, porque lo importante para llevar a cabo la Voluntad de Dios es su Gracia y no nuestra fortaleza.
Por eso, "si hay que presumir, presumiré de lo que muestra mi debilidad". Pues como hombre soy débil, como hombre no puedo llevar a cabo la gran hazaña de alcanzar la santidad por el Camino que me marca el Señor, pero como hijo pequeño soy fuerte por su Brazo que sostiene y me conduce, que me consuela y me impulsa por aquellos caminos que, aunque sean escabrosos y oscuros, se que con Él de la mano no temeré ningún mal.
Por eso, Jesus en el Evangelio, nos invita a acumular tesoros en el cielo: tesoros de Gracia. Tesoros que son conseguidos por mis entregas de cada día, por mi aceptación constante de la voluntad de Dios. Por el saber consagrar cada día a su Voluntad y su Amor. Tesoros que son acumulados por el sacrificio diario de la renuncia a mi mismo, del sacrificio de vivir el Amor mas intenso y radical, por el sacrificio de aceptar caminos que no comprendo o entiendo, por el hecho de que son los Caminos que el Padre ha visto como mejores para mi.
Si cada cosa que hacemos la ponemos en manos del Señor, cada acto que hagamos por que es Su Voluntad y ni no la mía, será un poco mas de Gracia que acumulamos.

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