"El amor de Cristo nos apremia", dice San Pablo hoy. Y hoy lo voy a parafrasear: "el amor de nuestros padres nos apremia", porque en argentina es el día del Padre, y, aunque el mío ya está disfrutando del Padre del Cielo, sigue estando cada día tan cerca, o más, que cuando estaba junto a nosotros en la tierra.
Pero, siendo justo, tengo, también, que recordar a mi otro padre, el espiritual, que también siempre acompaña mi vida.
Los dos dejaron huellas en mi vida, porque los dos siempre fueron importantes, los dos dieron ejemplo de vida porque los dos vivieron una vida llena de amor, de entrega, de generosidad, dándose todo por sus hijos y, por los que se acercaban a sus corazones.
Por eso quería tomar la frase de San Pablo, porque el amor de nuestros padres nos apremia, lo que ellos hicieron, hacen y harán por los hijos no tiene precio, porque siempre dan mucho más de lo que los hijos esperamos, aunque muchas veces no sepamos ver lo que hacen, y muchas más veces, no seamos tan agradecidos como debiéramos. Pero siempre tenemos tiempo de darnos cuenta que la vida de aquellos que nos dieron la vida, es lo más valioso que tenemos, porque si no fuera por ellos hoy no estaríamos aquí.
Su amor llenó nuestras vidas de millones de entregas que sólo serán recompensadas en el Cielo por el Padre que todo lo ve y que sabe lo que un corazón lleno de amor, ha podido dar y entregar sólo por amor.
Claro está que el día del Padre es cada día del año, y cada hora de todos los días, pero es muy lindo que en un día podamos abrazarlos muy fuerte, podamos llenarlos de nuestro agradecimiento porque cuando hay un día marcado nos ayuda a pensar, nos ayuda a descubrir de cuánto nos hemos olvidado y de cuánto no hemos disfrutado. Hoy es un día para disfrutarlos, para abrazarlos con todo nuestro ser, con todo nuestro corazón, no dejando pasar este día, y los que vendrán, porque siempre hay un día en el que descubrimos que nos hemos perdido muchos días, y por eso este día es para darles a nuestros padres parte de todo lo que ellos nos han dado, porque nunca podremos agradecer ni recompensar toda la entrega que por amor han realizado.
También somos muchos los que vamos viendo cómo las nuevas generaciones de nuestras familias van tejiendo esa hermosa red, cómo los pequeños se van haciendo grandes y ya gozan del título de padres, que también puedan recordar que este día del que hoy gozan es el mejor día para dar gracias porque Dios nos ha regalado una familia en la que poder ser amados, en la que poder amar, en la que poder estar juntos y unidos por el vínculo del amor, del amor más puro que es el de la familia.
Hoy, en el día del padre (en argentina) doy Gracias a Dios por el Amor que me dio con mis dos padres: Mario y Efraín, y por los padres que hay en mi familia: Alberto, Hugo y Valentín, y por los que (espero) que vendrán pronto.
¡¡¡FELIZ DÍA DEL PADRE!!! Y también para todos los padres que van pasando por mi vida, abrazos y bendiciones.
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