lunes, 20 de abril de 2015

¿Por qué busco a Jesús?

"Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
- «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»
Jesús les contestó:
- «Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios.»
¿Por qué buscamos a Jesús? ¿Por qué recurrimos a Él? ¿Cuáles son nuestros pedidos más repetitivos? Sí, seguramente no lo buscaremos por el pan pues comida no nos falta, pero ¿lo buscamos para alimentar nuestra vida divina o lo buscamos para saciar otras hambres y necesidades?
Vivimos y somos parte de una sociedad materialista y consumista, y por esa misma razón nuestra espiritualidad, si no la "trabajamos" bien se mezcla con lo que vivimos cotidianamente.
Claro que no buscamos tener más y poseer cada día más dinero, pero alimentar nuestro espíritu para vivir más radicalmente el Evangelio, tampoco es nuestra meta cotidiana. El Evangelio, la vida cristiana, el buscar la Voluntad de Dios para mi vida es lo que tiene que ser mi alimento primero.
"Mi alimento es hacer la Voluntad de mi Padre", decía Jesús constantemente, y por eso Él quiere que nosotros también busquemos ese alimento. ¿Por qué? Por que sabe que es el único alimento que nos da la vida eterna, una vida eterna que no sólo está después de nuestra muerte sino que es una vida que llena nuestra vida. Porque cuando nuestra búsqueda está más allá de nuestro horizonte humano, entonces nuestra perspectiva de lo que vivimos es diferente, porque desde el Cielo el árbol no nos tapa el bosque. Desde Dios nuestra vida se ve con otros parámetros. Con Dios nuestra vida cobra otro sentido. En Dios nuestra vida está llena de Luz, Verdad, Amor, Fortaleza y todo lo que necesito para llevar adelante Su Proyecto para mí. Y, si mi vida es para Dios entonces no hay nada que no "venga bien" vivir pues todo es para Su Gloria y mi santificación.
¿Cómo buscar el alimento que no perece? ¿Cómo encontrarnos con el Señor para escuchar Su Voz? Siempre Él se deja encontrar si lo buscamos con sinceridad de corazón, pero para encontrarlo tenemos que salir a su Encuentro en la Palabra, en la Oración, en la Eucaristía. Dejar nuestro reposo y nuestros urgentes quehaceres y dedicarle un tiempo al Señor, retirarnos a Su Presencia para que podamos encontrarle. Claro que hay una pregunta que debo hacerme antes de ir a a Su Encuentro: ¿estoy dispuesto a hacer lo que Él me pida? ¿Estoy dispuesto a renunciar a mí mismo para dejarme conducir de Su Mano y hacer la Voluntad del Padre?
Porque si no hay disposición para seguirlo ¿para qué quiero encontrarle? ¿Para qué quiero estar con Él si en realidad no quiero escucharlo? Por que escucharlo porque simplemente habla lindo no tiene sentido, porque Su Palabra es Verdad, es Vida y, como dice San Pablo "es una espada de doble filo" que corta y discierne, iluminando nuestra vida y haciéndonos ver lo que es de Dios y lo que no, alertándonos de nuestros peligros y de dándonos a conocer el Camino a la Vida.
Por eso, si lo busco a Jesús, en realidad ¿quiero encontrarlo? Y si lo encuentro ¿quiero seguirlo?

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