lunes, 13 de abril de 2015

Disponibles para el Señor

Hay dos situaciones que me sorprendieron en estas lecturas. Primero, en los Hechos de los apóstoles, la disposición de los apóstoles a predicar, a anunciar, a pesar de lo que estaban sufriendo de persecuciones:
"Ahora, Señor, mira cómo nos amenazan, y da a tus siervos valentía para anunciar tu palabra; mientras tu brazo realiza curaciones, signos y prodigios, por el nombre de tu santo siervo Jesús.»
"Da a tus siervos valentía para anunciar tu palabra..." hermosa oración para que la adoptemos en nuestra vida. Pero ¿por qué pedían valentía para anunciar? ¿Era tan importante para ellos anunciar la palabra? ¿Qué conseguían predicando? A veces son cosas que no nos preguntamos. Para los primeros apóstoles y discípulos, como para algunos de nosotros, el Amor de Dios que ha descendido a nuestros corazones, la Luz de la Palabra que brilla en nuestra vida nos urgen a no poder callar lo que vivimos, a contar, a comunicar la alegría y el gozo de las Gracias que se nos han dado. Y, claro, cuando vivimos algo tan bueno, tan lleno de vida y de Gracia, no podemos no contarlo porque queremos que todos lleguen a vivir lo que estoy viviendo.
Pero, también, aunque no siempre la Gracia la sienta como un gran gozo en el alma, o pueda llegar a experimentar la cercanía del Señor, tengo que estar disponible para seguir anunciando. Por que, en realidad, además de ser un hermoso sentimiento que experimentamos, es un "mandato" del Señor a los que hemos recibido el Espíritu: "Id al mundo entero y anunciad el Evangelio".
Por eso, la segunda cosa a tener en cuenta es lo que nos habla (y le habla a Nicodemo) el Señor:
"No te extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.»
Nosotros hemos nacido de nuevo en la fuente bautismal, porque el Espíritu Santo nos transformó en hijos de Dios, y ha sido derramado en nuestros corazones. Y es el Espíritu quien quiere ayudarnos a ser Servidores del Evangelio, quien quiere hablar por nosotros, quien quiere mostrar al mundo la Luz de la Vida Nueva que nos ha dado el Señor con su muerte y resurrección. Por eso el Espíritu nos necesita disponibles, libres de nosotros mismos para llevarnos por donde el Señor nos necesite, para que digamos lo que los hombres necesiten oír, para que anunciemos en todo momento el gozo del Evangelio, la Luz del Espíritu, la alegría de la Vida Nueva en Cristo Jesús.
Dios invita a seguirlo, pero quiere que estemos siempre disponibles para poder hacer Su Voluntad, como María "un cáliz abierto al infinito para ser colmado por la Voluntad de Dios", y tan libres de sí mismos que no le pongamos trabas al Espíritu Santo para que nos conduzca por donde el Señor quiera y los hombres nos necesiten.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.