martes, 21 de abril de 2015

Cuando rechazamos al Espíritu Santo?

"En aquellos días, Esteban decía al pueblo, a los ancianos y a los escribas;
-«¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! Siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres".
Estas palabras de Esteban no eran principalmente para los que no conocían a Dios, sino, sobre todo, para los que habían aceptado la fe y decían vivir la fe. ¿Por qué? Por que sólo cuando hay una aceptación de la vida de fe uno se puede resistir al Espíritu Santo porque sabe que es el Espíritu Santo quien nos impulsa, quien nos guía, quien nos alienta en la Camino hacia la Voluntad de Dios. Y sólo quien ha aceptado seguir a Cristo sabe que el Camino es Él, que la Vida es Él y que la Verdad es Él, y que a partir del momento en que somos conscientes de que somos cristianos nuestra vida debe ser coherente con lo que somos. Por eso, las palabras de Esteban son para los que nos llamamos cristianos, o para los que decimos profesar un vida de fe.
Nos suele pasar a menudo que rechazamos la acción del Espíritu Santo, consciente o inconscientemente, pero de cualquier manera lo rechazamos, por eso está el pecado de acción y el de omisión.
Pecamos de acción cuando hacemos concretamente actos que van en contra de la Voluntad de Dios, porque conocemos y sabemos cuáles son los mandamientos y cómo debemos vivirlos pero, consciente y voluntariamente, vivimos lo contrario.
Pecamos de omisión cuando sabiendo lo que Dios nos pide hacer o vivir no lo hacemos, no hacemos mal, pero tampoco hacemos bien, simplemente no hacemos nada, o, mejor dicho, somos indiferentes a la Voluntad de Dios que se ha manifestado por medio de una inspiración o la palabra de un hermano.
Además, estamos tan metidos en el mundo que nos da lo mismo vivir como cristianos o no vivir, ser coherentes o no, ser fieles o no, total en el mundo todos hacen lo mismo. Es ahí cuando rechazamos al Espíritu Santo que obra en nosotros, y lo rechazamos conscientes porque tomamos una decisión: vivir de la misma manera que viven los paganos, los que no tienen fe. Decidimos llamarnos cristianos pero no vivir como cristianos sino como paganos que van a actos religiosos.
E inconscientemente lo rechazamos cuando creemos que porque vamos a actos religiosos ya podemos hacer todo lo que sea porque siempre será lo que Dios quiera. Y no le damos lugar al Espíritu, en el silencio, la oración, la reflexión de la Palabra, para que nos guíe, para que nos aliente, para que nos ayude a discernir cuál es la Voluntad de Dios. Queremos ser Fieles pero no lo escuchamos.
Este tiempo, después de la Pascua de Resurrección es un hermoso tiempo, para que, como los apóstoles reunidos en oración con María, estemos a la Espera del Espíritu Santo, porque es en la oración y el silencio cuando lo dejamos hablar, cuando podemos escucharlo, cuando dejamos nuestras vidas en sus Manos para que Él nos lleve y nos alcance sus Dones para vivir en santidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.