lunes, 16 de febrero de 2015

Responsable de mi hermano?

El Señor dijo a Caín: - “¿Dónde está Abel, tu hermano?”
Respondió Caín: - “No sé; ¿soy yo el guardián de mi hermano? “
El Señor le replicó: -“¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano me está gritando desde la tierra".
Desde el primer momento Dios nos hace responsable de la vida de nuestros hermanos, no sólo de los de nuestra sangre, sino de todos los que han recibido el Espíritu de hijos y con los que tenemos un mismo Padre en el Cielo. No debemos desentendernos de la vida de nuestros hermanos, porque, como dice Dios: "su sangre clama al cielo".
Pero también es cierto que muchas veces somos nosotros mismos quienes clamamos porque nuestros hermanos se desentienden de nosotros, pues no nos gusta que no nos presten atención, que nos nieguen el saludo, que no nos llamen, no nos escuchen, no nos vengan a visitar. Y ¿acaso no somos nosotros responsables de cómo nos tratan nuestros hermanos? Porque, a veces, lo que los demás hacen con nosotros es porque nosotros lo hemos hecho con ellos, o, mejor dicho, no lo hemos hecho. Pues para quejarnos somos niños pequeños que nos gusta quejarnos de todo, pero poco hacemos por los demás.
Y, un poco en este sentido va el enfado de Jesús por los fariseos de su tiempo, pues aunque veían los signos y milagros que Jesús hacía, aún tenían el valor de pedirle un signo del Cielo, que Cielo haga algo que demuestre que Él era Dios.
Por suerte Jesús les respondió cortito, y se fue, porque la respuesta habría sido demasiado dura para nuestros. Aunque, también es cierto, que cuando nos dejan sin respuestas, o mejor dicho, cuando no nos responden nada siendo que esperábamos una buena respuesta nos deja con más angustia, porque no hemos podido contestar a su respuesta.
Hay veces que no vale la pena contestar, porque ya todo está dicho, y, si quieres entender lo podrás entender, si quieres creer lo podrás hacer, si quieres amar lo puedes hacer; no le pidas un gesto más de amor, sino primero ama tú, comienza tú el camino de amar: "lo que quieras que hagan contigo hazlo tú primero con los demás", no te quedes esperando que todos vengan a tí, porque tú también eres responsable de la vida de tus hermanos, no sólo ellos de tu vida.

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