viernes, 23 de diciembre de 2016

Toda la vida se hizo así!

Los que trabajamos en parroquias, o en comunidad, pero también en otros lugares, generalmente nos encontramos, cuando somos nuevos, con frases como: toda la vida se hizo así, aquí siempre lo hicimos así, esto tiene que ser así porque siempre fue así... frases que no dan lugar al cambio, a ver otras posibilidades, a pensar si eso que siempre se hizo es lo que se debe hacer. En definitiva es la comodidad de saber que si hago esto así como se hizo toda la vida, va a estar bien. Y esa actitud es sinónimo de no estar preguntándonos: ¿qué es lo que Dios quiere? ¿Quiere Dios que esto sea siempre así o quiere mostrarnos otra forma de hacer las cosas? o ¿No querrá Dios que hagamos algo diferente o, quizás, que dejemos de hacer lo que siempre se hizo para descubrir que eso no servía para nada?
Todo esto surge de la lectura del evangelio, en donde al nacer Juan Bautista, la gente, como el padre no podía hablar, querían obligar a la madre a que el niño lleve el nombre del padre... "como siempre se hizo y es tradición". Pero nadie se ponía a pensar si tenía que ser de otro modo, pues el Ángel le había dicho a Zacarías cómo se tenía que llamar el niño. Por eso, al obedecer Zacarías y llamar al niño como le había dicho el Ángel comenzó a hablar, pues hasta ese momento había perdido el habla por desconfiar del anuncio del Ángel.
La comodidad va, muchas veces, unida a la pereza o, mejor, me parece que son sinónimo la pereza y la comodidad, pues por pereza no me pongo a reflexionar o a pensar en lo que Dios quiere, y así cómodamente puede seguir haciendo lo mismo sin siquiera ponerme a pensar si lo tengo que hacer de otro modo, o si tengo que hacer otra cosa. En realidad es el hecho de "¡yo ya cumplí!", hice lo que siempre hago y ¡listo! ahora descanso. Y en ese camino, por lo general, creyendo que he sido fiel no lo he sido, pues sólo he sido fiel a una tradición, pero no a la Voluntad de Dios, pues no le he preguntado a Él si era eso lo que Él quería, o no he consultado a mis hermanos para saber si veían otra cosa que Dios quisiera. Sólo me he limitado a "cumplir" con lo que yo pensaba y ¡listo Calixto!
Y, quizás, también por lo mismo he creado división, susceptibilidades, pues no he dejado a otros hacer algo que Dios les había pedido, pues me he plantado en mis 13 y no hago lo que Dios quiere, ni dejo hacerlo. ¿Por qué? Porque siempre se hizo así, es más ¡toda la vida se hizo así! Y ¿cuánto es toda la vida? Lo que abarca mi egoísmo y mi apetito de poder, porque en el fondo también están esos pecados... Pero será para otro día.
Ya cercanos a la Navidad dejemos que la Gracia transforme nuestro corazón quemando todo lo que haya de comodidad y pereza, para que podamos siempre, como María, estar disponibles para escuchar y ser Fieles a la Palabra y a la Voluntad de Dios.

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