"En aquél tiempo, dijo María:
Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava”.
Proclama mi alma la grandeza del Señor... cuando estuvimos necesitados y fuimos escuchados notamos esa grandeza del Señor; cuando estamos saciados de todas las cosas no nos acordamos del Señor. ¿Por qué me sale esta afirmación? Por algo que ayer me decía alguien: sólo en estos momentos duros nos acordamos que nos hemos olvidado de nuestra fe.
"...porque ha mirado la humillación de su esclava". Cuando dejamos de ser humildes porque vamos creciendo en edad, nos vamos olvidando de nuestra fe, de aquello que nos sostiene que nos ayuda a sobrellevar no sólo los momentos difíciles sino a disfrutar de los mejores, sabiendo que nos han sido regalados.
María, en estos días antes de la Navidad, nos ayuda a recordar nuestra pequeñez, nuestro ser niños ante Dios para poder gozar de su paternidad divina. Porque cuanto más nos dejamos guiar más podemos disfrutar del camino.
Y eso me hace acordar que cuando uno va de viaje, disfruta más cuando va de copiloto o acompañante que cuando vamos conduciendo. Y así también es nuestra vida, si nos reconocemos pequeños y necesitados, y nos dejamos conducir por el Padre vamos a poder disfrutar, como María, de todo aquello que Él nos pide y nos permita vivir. Pero si nos hacemos los grandes y tomamos, solos, las riendas de nuestras vidas no sólo no disfrutamos tanto, sino que muchas veces nos equivocamos feo de camino.
En estos días mirando el Belén, con la cuna vacía, también recuerdo un pasaje de Santa Teresa de los Andes: cuando ella llegó al Carmelo y le mostraron su habitación (celda) tenía sobre la cama una Cruz sin Cristo, y la madre Priora le dijo que en esa Cruz tenía que estar ella para seguir los pasos de Jesús que se entregó por la salvación de las almas. Así nosotros, al ver la cuna vacía del Pesebre nos tenemos que poner nosotros, como niños pequeños para ser acunados y que Ellos nos ayuden a crecer ante el Padre Dios, María nos acompañará a crecer en Gracia y Santidad, para que podamos volver a ser Niños en Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.