Como vemos en la carta de Pablo a los Corintios nos damos cuenta que siempre han habido aquellos que creen que tienen la verdad, que ha habido gente que se dedicaba a entender lo que quería y a profetizar lo que se le venia a boca, generando así división entre unos y otros. Por eso San Pablo busca, siempre, iluminar desde la Fe, desde lo revelado, desde lo que Él creía. Sus razonamientos brotan desde una fuerte convicción de aquello que le fue revelado desde la fe, pues si bien antes creía una cosa, con la revelación de Jesús pudo completar un proceso de conversión que lo llevó a entregar su vida por la Vida en Cristo.
Hoy son muchos los cristianos que mezclan las verdades de fe cristianas con otras verdades, como por ejemplo el tema de la reencarnación que nada tiene que ver con nuestra fe cristiana. O acaso podemos llegar a pensar que Cristo se ha reencarnado en alguien o algo más? Porque si todos nos reencarnamos también Él lo ha podido hacer, no? Pero no nos metamos en este berenjenal pues sólo es un ejemplo. Y como este hay muchos más.
Con este ejemplo nos damos cuenta que no tenemos muy claras las razones de de nuestra fe, no hemos profundizado mucho en lo que creemos y en por qué creemos lo que creemos; y por eso a lo que hemos creído de toda la vida le vamos agregando lo que otros nos dicen que creamos, sobre todo para que la fe se haga a nuestra voluntad, y no nuestra voluntad a la fe que tenemos.
Por que si lo pensamos bien, vamos a ver que en muchos cristianos hay tantas cosas que se creen que, finalmente, no se cree en nada, o mejor dicho, lo que se cree no tiene nada que ver con lo que se vive, porque lo que se vive es cualquier cosa menos la fe que nos fue transmitida desde los apóstoles.
Y mirando el evangelio me pongo a pensar: ¿por qué los discípulos y las mujeres seguían a Jesús? Y me acuerdo de aquellas palabras de Pedro, cuando Jesús les preguntó si también ellos querían seguirlo: "Señor ¿a quién iremos? Sólo tú tienes palabras de vida eterna". Y ahí esta la razón de nuestra fe: su Palabra es Palabra de Vida, pues en esa Palabra hemos de creer y no en tantas otras cosas que, para nosotros, no son de Vida Eterna. Solamente Su Palabra nos da Vida, por eso no dejemos que otras palabras nos digan algo diferente a lo que Él nos está diciendo.
"Hágase en mí según tu palabra".
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