miércoles, 21 de septiembre de 2016

Fieles al llamado

Le dice San Pablo a los Efesios:
"Hermanos:
Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados".
¿Cuál la vocación a la que he sido llamado? Vocación significa llamado, y en este caso se refiere al llamado que Dios nos hace a cada uno. En nuestro caso nos ha llamado a la vida y a una vida en santidad: "os ha elegido desde antes de la creación del mundo para que fuesen santos e irreprochables ante Él por el amor". Esta es nuestra primera vocación, nuestro primer llamado de Dios al darnos la Vida Nueva por medio del bautismo.
Y no eligió a los mejores, a los más puros, a los más inmaculados, sino que nos llamó a todos para vivir el espíritu de Cristo en la santidad. "Andad, aprended lo que significa “misericordia quiero y no sacrificios”: que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores».
Y ¿cómo vivir según la vocación? El mismo San Pablo nos lo sugiere: Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobre llevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vinculo de la paz.
No importa que en nuestra vocación personal cada uno sea diferente, lo que importa es que estemos unidos en un sólo ideal: la fidelidad a Dios, "...para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud".
Hoy en esta Fiesta de San Mateo, el Señor nos vuelve a recordar que es Él quien nos ha llamado, y como Mateo, nos pide que dejemos lo que estamos haciendo para seguirlo, para seguir el Camino que él nos muestra, por eso necesitamos tomar conciencia y confianza en el llamado para poder alcanzar la Bienaventuranza que Él nos ha prometido.

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