«Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»
Esto que le decía el Señor al Profeta, también nos lo dice a nosotros, porque hemos sido ungidos como profetas el día de nuestro bautismo, es nuestra misión, es el sentido de nuestra vida cristiana. Más adelante nos lo repitió Jesús cuando nos dijo: "vosotros sois la luz del mundo". Creo que tenemos que estar orgullosos porque Dios nos tenga en cuenta de este modo, que Él piense que nosotros podremos, si nos disponemos y confiamos en su Gracia, llegar a ser instrumentos de salvación en sus manos.
Y también, a esto, se le puede sumar algo que dice Dios por medio de la Carta a los Hebreos: "no renunciéis, pues, a vuestra valentía, que tendrá gran recompensa. Os falta constancia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa. Un poquito de tiempo todavía, y el que viene llegará sin retraso; mi justo vivirá de fe, pero, si se arredra, le retiraré mi favor. Pero nosotros no somos gente que se arredra para su perdición, sino hombres de fe para salvar el alma".
¿Por qué hemos comenzado a vivir la Semana Santa? Para caminar junto a Jesús, con Jesús. Para que cada paso que Él de sea para nosotros un aliento, una esperanza, la fortaleza que necesitamos para saber que ya Él pasó por que lo podemos llegar a pasar nosotros, y, por eso, Él es nuestra ayuda, nuestro sostén, nuestra fortaleza. Por que ya nos lo dijo: "sin Mí no podéis hacer nada", no podemos hacer como cristianos, como profetas, por que para hacerlo necesitamos de Él, necesitamos escuchar Su Palabra, necesitamos recibir Su Vida, necesitamos seguir sus huellas.
Él recorrió primero el Camino, no sólo el Camino de la Cruz, sino el Camino del Amor, pues por Amor recorrió el Camino de la Cruz hacia la Vida. El mismo Camino que nos llama a recorrer a nosotros, y por eso nos alienta, nos confirma en nuestra misión, nos anima a que lo recorramos sabiendo que en y desde nuestra debilidad seremos fortalecidos y acompañados por Él. No estamos solos, Él nos anima: "“No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino”, y si nos ha dado el Reino nos ha dado la capacidad para llegar hasta Él, pero la condición para tener esa capacidad es dejarlo TODO por él, así como Él dejó todo por nosotros.
Vuelvo a pensar lo que nos dice en la carta a los Hebreos: "seamos valientes", no dudemos de lo que Dios nos pide, no dudemos que con Él lo podemos todo, no dudemos que el Camino que Él nos propone es el Camino de nuestra libertad, de nuestra plenitud, el Camino de la Vida: caminémoslo junto a Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.