jueves, 12 de marzo de 2015

Con El o en contra de El


Dice Jesus;
"El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.»
No hay términos medios en el que evangelio, aunque los busquemos desde el principio al fin, no los encontraremos, ni siquiera si lo leemos al revés, porque Jesus ha sido demasiado claro, pues hablaba para los sencillos de corazón.
Por eso cuando nos creemos inteligentes intentamos hacer un evangelio según nuestros propios intereses e ideas, pero siempre la Palabra nos sale al cruce en el Camino y nos trae a la realidad.
Y esto nos lo demostró el mismo Jesus cuando al joven rico, quien quería alcanzar la vida eterna y le preguntó a Jesus que hacer, no le gusto la respuesta y se alejó de Jesus con tristeza.
Más de una vez nos ha pasado que las exigencias y consejos evangélicos creemos que no podemos vivirlos, porque pensamos que no tenemos la fuerza para hacerlo. Y es cierto: no tenemos la fuerza para hacerlo, pero si aceptamos la llamada de Jesus (como en un cobro revertido) será El quien nos fortalezca con Su Gracia para vivir en Fidelidad.
Nos toca a nosotros buscar día a día Su Gracia: en la oración, la reflexión de la Palabra, en los sacramentos y en el amor fraterno. Porque cada día debemos renovar nuestro Si al Señor, no porque El se olvide, sino para que sintamos cada día que estamos junto a El.
Porque sintiéndonos junto al Señor podremos lograr todo lo que El nos pida y permita vivir, porque no confiamos en nosotros sino en El "porque ha mirado la pequeñez de sus servidores", y nuestro corazón sentirá no el peso de la tarea sino el gozo de Su Espíritu que viene en nuestra ayuda.

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