sábado, 27 de abril de 2019

Obediencia a Dios

"Pero Pedro y Juan les replicaron diciendo:
«¿Es justo ante Dios que os obedezcamos a vosotros más que a él? Juzgadlo vosotros. Por nuestra parte no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído».
La obediencia a Dios es un aspecto de nuestra vida cristiana que no siempre ponemos en práctica, y no porque Jesús no nos haya enseñado a vivirla, sino porque no lo vemos como algo propio de nuestra vida porque nos basta el "cumplir" con formas, y no con lo más profundo y esencial que Jesús vivió y enseñó: "por medio del sufrimiento, siendo hijo, aprendió lo que significa obedecer".
Y ¿qué es obedecer? Es, primero, saber escuchar. Sí, parece algo sencillo, pero no lo es. Porque para saber escuchar tengo que estar con todo mis sentidos puestos ante quien me está hablando, en este caso, saber que Dios es mi Padre y que es Él quien me está diciendo algo que debo poner en práctica en mi vida. Pero no siempre estoy dispuesto a escuchar, porque, como dice el refrán, "no hay peor sordo que el que no quiere oir". Muchas veces no escuchamos porque estamos escuchándonos a nosotros mismos, a nuestro querer o no querer, a nuestras ganas, a nuestros instintos... Y por eso, no siempre estamos con los sentidos puestos en quien nos está hablando, porque, como dicen, a veces, nuestros padres: "hablo yo o pasa un tren...".
Saber que soy hijo y que Dios es Padre, es el primer paso para decidirme a renunciar a mi YO para poder aceptar Su Voluntad. Y es en ese momento cuando "apunto" mis oídos a Su Palabra y me dispongo a ser Fiel a Su Palabra. Y ahí viene el segundo paso: habiendo escuchado Su Palabra, sabiendo cúal es Su Voluntad, es ese el momento en que me decido a decir que Sí o No. Y ese el momento más difícil de nuestra vida de fe, cuando tengo que decidir si soy Fiel o no, si soy Obediente a Dios o no. Pero es una decisión totalmente personal y libre. Dios no me obliga a ser obediente, pero sí me pide que sea "coherente" en mi vida, pues si digo que soy hijo de Dios ¿a quién he de obedecer?
Por eso, Jesús nos enseñó a ser Hijo, y los apóstoles, después de Pentecostés, nos enseñaron, también, que, primero, está la obediencia a Dios para poder ser Fieles testigos de la Resurrección de Jesús.
No es tarea fácil, pero tenemos que dar una respuesta clara: "que tu sí sea sí y que tu no sea no" no dice el Señor en el evangelio, porque la tibieza de los cristianos es lo que hace que la imagen de Dios vaya desapareciendo de la vida cotidiana, pues somos los cristianos quienes mostramos al mundo el verdadero rostro de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.