miércoles, 10 de abril de 2019

Hijos de Dios, hijos del mundo

"Ellos replicaron:
«Nuestro padre es Abrahán».
Jesús les dijo:
«Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre».
Como vemos en la conversación que tiene Jesús con los judíos, es una conversación que podría tener con mucho de nosotros, que creemos que con sólo saber que somos cristianos, ya lo somos; que con sólo ir a misa ya somos buenos; o, lo contrario, que sin ir a misa ya somos mejores que los que van.. Pero centrémonos en los que "cumplimos" las normas de la Iglesia: ¿por cumplir las normas o por estar dentro de la Iglesia, somos cristianos? No siempre, como le dice Jesús a los judíos: si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán, es decir, saber escuchar a Dios y ser Fiel en todo momento, aún cuando lo que Dios pida sea algo difícil y complicado de aceptar.
"Jesús les contestó:
«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió».
Porque de lo que se trata no es de cumplir con las normas establecidad sino de vivir la Vida Nueva que Cristo nos trajo, y vivir la Vida Nueva es Vivir como Cristo, porque Él nos mostró que la verdadera libertad del hombres y la plenitud no está en dejarnos llevar por nuestra propia voluntad sino poder vivir en Fidelidad a la Voluntad del Padre. Así nos lo demostró María y Jesús que siendo Fieles y Obedientes a Dios alcanzaron la perfección de sus vidas: "me llamarán bienaventurada todas las generaciones porque el Todopoderoso hizo obras grandes por mí".
Es la fidelidad a Su Voluntad lo que nos libera de la esclavitud del pecado, la que nos libera del camino del error, la que nos conduce por el Camino de la Verdad y la Vida.
"Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre».
No es que tratemos de matar a Jesús, pero al no seguir sus consejos, a no vivir como Él, dejamos de lado sus enseñanzas y aceptamos otra forma de vivir, aceptamos otros "mandamientos", otras voluntades que no son la Voluntad de Dios. Así no crecemos comos hijos de Dios, sino como hijos del mundo que es quien tiene mayor poder, en muchos casos, sobre nosotros.

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