Dice el refrán que "no hay peor sordo que el que no quiere oír", y es un poco lo que el Señor nos está planteando en el Evangelio de Hoy al decirnos que Dios no reveló sus misterios a sabios y entendidos sino a los pequeños, porque quienes se creen sabios y entendidos no buscan las respuestas sino que las hacen ellos mismos, o encontrando las respuestas que no les gustan hacen otras a sus medidas. Los pequeños, los necesitados de corazón aunque no les sean agradables las respuestas, conocen o aceptan las respuestas que el Señor les da porque lo conocen como Padre Todopoderoso y se guiar de su Mano.
Pero no nos dejamos guiar de Su Mano como gente insensata que no tiene capacidad de entendimiento, sino que debemos buscar razones para creer, y esas razones nos la da Dios por medio de sus instrumentos. No somos, como dicen algunos: "la Iglesia te quiere sumiso", no tenemos razones para creer y aceptara la Voluntad de Dios, y, como dice la Sagrada Escritura: "maldito el hombre que pone su confianza en el hombre", no son los hombres quienes "manejan" nuestras vidas, sino que nuestras vidas son de Dios y a Él pertenecemos, los que lo hemos descubierto como nuestro Dios y Señor.
Por eso, el Señor, conociendo el corazón del hombre frente a la soberbia y vanidad a la que nos conduce el creernos inteligentes y superiores, nos ofrece el Camino de la Infancia Espritual, pues es el Camino de la humildad en el espíritu para alcanzar la plenitud de nuestra vida, pues en la pequeñez está la capacidad de amar, de alegrarnos por las cosas simples, de saber apreciar los consejos y las razones que nos ofrece el Padre, y, por último, con su Gracia nos hace cada día más fuertes para poder aceptar y vivir la Voluntad de Dios, porque "para ser niños hay que ser muy fuerte".
La soberbia de los inteligentes y de los que se creen poderosos dice:
"Con la fuerza de mi mano lo he hecho, con mi saber, porque soy inteligente.
He borrado las fronteras de las naciones, he saqueado sus tesoros y, como un héroe, he destronado a sus señores".
Y es lo que día a día vemos que está sucediendo en el mundo, y eso es Paz, es Dignidad, es Plenitud de la vida. No vemos que los "inteligentes de este mundo" traigan caminos de vida y paz, amor y fraternidad, sino que van destruyendo todo a su paso con tal de sentirse los "poderosos". Y es cierto que eso es lo que, a pesar del dolor, está cautivando el corazónn del hombre, pues cada día hay más gente que quiere tener "poder" sin saber a dónde lo lleva ese camino.
"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien".
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