"Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios".
Muchas veces, quizás, nos hemos preguntado el por qué el mundo quiere hacer desaparecer a los cristinos y a la Iglesia, un comienzo de esa respuesta la tenemos en la Palabra de Jesús: quienes andan en tinieblas no buscan la luz, o mejor, a quienes les gusta caminar en tinieblas y sembrar oscuridad y confusión no quieren que la Luz brille.
Aunque también eso nos pasa a nosotros, muchas veces, cuando sabemos que no queremos hacer la Voluntad de Dios, cuando creemos que la Voluntad de Dios no es lo que nosotros queremos, entonces nos alejamos de Dios o nos escondemos detrás de argumentos fáciles y mundanos para hacernos creer que la Voluntad de Dios no es para nosotros, o que ese Camino que Dios quiere que recorra no es para mí.
En cambio, cuando, verdaderamente, queremos recorrer el camino de la santidad intentamos estar, cada día, más cerca del Señor, más cerca de la Luz. Por eso, cada día, descubrimos más fallas en nuestras vidas, más defectos, e, incluso, nos sentimos más pecadores, y no es porque lo seamos cada día más, sino que cada día estamos más cerca de la Luz y del Amor, y por eso descubrimos más nuestras imperfecciones.
Por eso, cada vez que nos sentimos más débiles es cuando más recurrimos a nuestro Dios y Señor, pues sabemos que sólo Él es capaz de fortalecernos en nuestra debilidad, es el Única que puede purificar mi alma y mi corazón, es Quien me da la Vida que el pecado va consumiendo y me renueva, me hace revivir con su Gracia para que siga recorriendo el Camino que Él ha pensado para mí.
Y así, cada día, Él se presenta ante mí y me vuelve a recordar: "no temas, yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" y "sin Mí no podéis hacer nada", pues ha sido Él quien nos ha elegido para ser Luz en el mundo, para poder mostrar, dentro de las tinieblas, el Camino hacia la Luz y por eso no tenemos que tener ningún miedo, sino crecer en la confianza en Aquél que nos ha llamado y nos ha elegido desde antes de la creación del mundo para ser santos e irreprochables en su presencia por el Amor.
Por eso, porque Él nos da su Luz y nosotros la llevamos al mundo para vencer a las tinieblas, entonces el mundo nos odia, porque no quiere descubrir su maldad, no quiere descubrir su pecado. Pero sabemos que es nuestra misión y que para ello contamos con la Gracia santificante que nos regala el Señor.
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