«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
El saltar por otro lado al redil es querer gozar de los Bienes del Señor sin hacer caso a sus Palabras, o querer formar un rebaño con las ovejas del Señor, sin anunciarles la Buena Noticia tal cual es. En este tiempo que vivimos todos queremos gozar de derechos sin tener en cuenta las obligaciones, queremos tener los mejores bienes pagando muy poco precio. Y así como el mundo materialista nos quiere hacer creer que podemos ser millonarios con sólo un 1€ así pretendemos conseguir la vida eterna sin darle nada a Dios, sin vivir lo que Él nos pide en su Palabra.
Y así como hay ovejas que pretenden vivir sin hacer nada, hay pastores que les ofrecen lo que quieren y se transforman así en falsos pastores y ovejas mediocres. Lamentablemte nos pasa a todos que buscamos o queremos vivir en la ley del menor esfuerzo, en todos los ámbitos de la vida, o que otros hagan nuestro trabajo y yo obtener todas las ganancias.
Es así que, en muchos casos, aunque escuchemos la Voz del Buen Pastor pero igual tenemos el oído puesto en otras voces para saber qué nos ofrecen, y por eso vamos variando del Pastor a otros pastores, de la Palabra de Dios a la palabra de los hombres, y creemos que la mezcla de valores religiosos está bien porque hay que ser abiertos y todo eso, pero no estmos atentos a la Voz del Señor que nos pide que sólo escuchemos su Voz, que no nos detengamos a escuchar otras voces que no nos ofrecen lo que Él, y sólo Él nos puede dar: la Vida Verdadera.
«En verdad, en verdad os digo:yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».
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