martes, 27 de marzo de 2018

Él nos elige y nosotros decidimos

Dios le dijo a Isaías y hoy nos lo vuelve a repetir a nosotros:
«Es poco que seas mi siervo para restablecer las tribus de Jacob y traer de vuelta a los supervivientes de Israel. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».
"Te hago luz de las naciones", es nuestra vida, es nuestra misión: iluminar el camino de los hombres, mostrarles un Camino Nuevo, el Camino no sólo que recorrió Jesús, sino a Jesús mismo porque Él es el Camino que nos lleva a la Vida Verdadera, que nos conduce al Padre. Y nosotros, por Gracia del Espíritu Santo y porque Él nos elegió, debemos ser esa Luz que ilumina el Camino, nuestra vida debe ser esa luz que ilumina ese Camino.
Pero si a esta lectura de Isaías le unimos el evangelio de hoy, vamos a descubrir que, muchas veces, esa Luz que hay en nosotros se apaga, se desvanece o ilumina otros camnos. Sí, porque se nos mezclan en el corazón los deseos, las tentaciones, le pecado nos hace desear lo que no debemos y por eso, como Judas o Pedro, traicionamos la elección que ha hecho el mismo Señor.
A veces, como Judas, nos vendemos al mejor postor y traicionamos al Señor queriendo cambiar nosotros mismos el rumbo que lleva la Palabra de Dios. Pero es Dios mismo quien en este caso usó del error del Judas para cumplir, igualmente su Voluntad. Pero no siempre lo puede realizar en nosotros porque nuestro corazón se vuelve obstinado y no permite que Dios obre, pues ya nuestro corazón se ha perdido en la misma oscuridad que tenía que iluminar y hacer desaparecer, pues nuestra luz por nuestra inconstancia e infidelidades se transformó en tiniebla y dejó de tener la Luz propia del Espíritu.
Y, por otro lado, tenemos la traicióno de Pedro. Pedro con todo su temperamente hizo un juramento de vida de no traicionar a Jesús, pero esa bravuconada del principio se volvió debilidad ante la voz del mundo, ante el miedo de ser condenado, negó lo que era y dejó solo a su Maestro y Señor. Pero el resultado fue diferente porque sinitendo el dolor de la traición "lloró amargamente" y se reconcilió con el Señor, volvió a ser Luz para las naciones, volvió al Señor y fue con Él Camino que lleva a la Vida.
Los tres personajes de hoy nos muestran las elecciones de Dios y las elecciones que hacemos, cada día, nosotros mismos. Sabemos todos que Dios nos ha elegido y nos ha llamado para ser Luz del mundo, pero, día a día, al levantarnos y comenzar nuestra jornada, elegimos, también nosotros, cómo vivir. Dios nos dará la Gracia necesaria para ser Fieles si elegimos vivir su Voluntad, en caso contrario sólo haremos lo que nuestras fuerzas puedan, y nada será lo mismo pues los frutos sólo serán humanos y no estarán "regados" con la fuerza de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.