"Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:
«¿Qué buscáis?».
Hoy también sera una pregunta para nosotros ¿qué buscamos al seguirlo a Jesús? Y esto me trae el recuerdo de las primeras veces que hacía bautismos. Al comenzar el bautismo se le pregunta a los padres: ¿qué venis a pedir a la Iglesia de Dios para vuestro hijo? La respuesta correcta es: el bautismo, la vida eterna o algo parecido. Pero la respuesta de los padres era: salud, buena suerte, que no le pase nada, que todo le vaya bien... Porque en realidad es ese el deseo o lo que buscamos cuando rezamos o cuando vamos a la Iglesia o a ver a algún santo o a hacer alguna peregrinación.
Pero se me ocurre que Jesús no padeció lo que padeció, ni murió como murió, ni resucitó como resucitó para darnos unos bienes tan efímeros, que duren tan poco, pues, si lo miramos bien, la salud, la buena suerte y esas cosas sólo duran lo que puede durar nuestra vida: 70 o 100 años, pero después qué? Y si no me pasa nada ¿no busco a Jesús?
Y, en realidad así es. Si miramos bien el panorama de nuestras comunidades vamos a ver que cuanto "mejor" estamos, sea en salud, económicamente, etc. (salvo grandes excepciones) no necesitamos de Dios, pues no nos pasa nada como para que lo busquemos.
Si leemos el evangelio nos vamos a dar cuenta quiénes eran los que seguían a Jesús: los publicanos, las prostitutas, los pobres los enfermos, porque ellos tenían necesidad de algo más. Lo mismo le pasó a los discípulos cuando oyeron que era "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Y fue esa necesidad la que les hizo seguirle.
De nada sirve tener un cuerpo sano y la suerte del mundo, si no tengo un corazón sano y generoso, si no hago nada por el hermano, si sólo vivo para mí. Ellos llegaron a encontrar en Jesús una respuesta a sus vidas, un camino para darle sentido a lo que estaban viviendo y alcanzar así la eternidad, no sólo después de la muerte, sino también en esta vida, pues es la eternidad lo que hace que nuestra vida cobre más brillo, tenga más sentido todo lo que hacemos y nos toca vivir, pues es lo que nos levanta de cada caída y lo que nos limpia de nuestros errores y pecados, dándonos la Gracia necesaria y suficiente para retomar el Camino y continuar con la marcha.
No busquemos a Dios sólo por lo que nos puede dar sino busquémoslo por lo que nos hacer ser.
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