jueves, 18 de enero de 2018

Haz lo mejor

Alguna otra vez hemos meditado sobre la envidia, cómo se mete en nuestras vidas y es capaz de hacernos cometer los mayores males, pues la envidia enceguece nuestra mente y nubla nuestro corazón, hasta tal punto, que, como al Rey Saúl le hace querer matar a su mejor soldado, a David, sólo por haber escuchado que la gente lo vitoreaba más que al mismo Rey.
Pero también en bueno meditar sobre la actitud que tiene Jonatán el hijo del Rey y amigo de David, que no puso más "leña al fuego" (como se dice habitualmente) no hizo que su padre, el Rey, siguiese con su plan de matar a David por envidia, sino que intentó hacerle ver lo que realmente pasaba y mostrarle el camino mejor. Lo que se dice lo ayudó a calmar sus ánimos y a no cometer un delito del que luego se arrepentiría y no podría deshacerlo.
Y ese también tendría que ser nuestro parecer. Quizás nunca nos toque hablar con un rey, pero sí constantemente nos encontramos en situaciones donde se "despelleja" a alguien con nuestras lenguas, o conocemos a quien está acumulando ira contra alguien y ¿qué es lo que hacemos? ¿cómo actuamos? ¿Actuamos como Jonatán o echamos leña al fuego?
Claro que también está la actitud de "yo no me meto", que es la más fácil de todas, me quedo fuera de la situación y paso por la vida sin hacer nada, ni bueno ni malo, por miedo a lo que me digan o a cómo me miren. Y ahí también estamos actuando totalmente mal, pues estamos "pecando de omisión", siendo que Dios nos ha puesto en ese lugar y nos ha permitido "enterarnos" de una situación en la que podría ayudar a que sea mejor.
¡Ah! Pero yo no se hablar, no sé qué decir... No te preocupes, siempre que tengas disposición para ayudar el Señor pondrá las palabras en tu boca y si no sabes qué decir, sólo distrae la atención de la conversación y hablen del tiempo, que ahí seguro que no pecas.
Claro que no es sólo la envidia lo que me hace hablar mal de los otros, sino muchas otras cosas que hay en mi corazón y mi mente, las que me llevan a la crítica, y al chusmerío barato que hacen que la gente pierda su buen nombre y su fama. Y por eso aquí tengo que poner aquella frase de Jesús: "no hagais a los demás lo que no quieres que te hagan a tí", o en positivo "haz a los demás lo que te gustaría que hagan por tí".

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