lunes, 26 de junio de 2017

Sal de tu tierra...

"En aquellos días, el Señor dijo a Abrán:
«Sal de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré.
Abran tenia setenta y cinco años cuando salió de Jarán".
Muchas veces escucho a gente que, de acuerdo a la edad, cuando les hablas de cambiar o modificar algo de sus vidas dicen que ya no pueden que "a esta edad es imposible cambiar".
Sin embargo Dios le pide a Abrán que deje su casa a los 75 años de edad; Santa Isabel era una anciana cuando concibió a Juan Bautista, y así hay muchos ejemplos en las Sagradas Escrituras en donde Dios no se fija si alguien es joven o anciano para pedirle un cambio de vida, sólo mira la disponibilidad del corazón para aceptar Su Voluntad pues lo demás vendrá por su Gracia.
No podemos perder la confianza en que la Providencia hará su "trabajo" en nosotros si, realmente, hay disponibilidad de querer hacer la Voluntad de Dios; pues cuando le dejamos a Dios el espacio para que Él actué "hace maravillas con sus siervos", pero si siempre ponemos excusas para no hacer su Voluntad nos perderemos las Gracias que Él tenía para nosotros y no alcanzaremos la meta que Él pensó para nosotros.
Y, por otro lado, también es signo de desconfiar de su Gracia, de no tener esperanzas de que Él pueda hacer con nosotros grandes cosas aún cuando tengamos poca o mucha edad, pues a Dios la edad del cuerpo no le preocupa, sino que le preocupa la edad de nuestra alma, que no se envejezca el alma es lo que Dios no quiere, pues un alma envejecida es porque ha perdido la esperanza y la confianza en el Señor, y con ella Él no puede hacer nada.
En el Camino de la Vida en Santidad que el Señor nos ha llamado a transitar siempre hay nuevas propuestas y nuevas metas, es el Señor quien nos va guiando y nos va dando la Gracia para seguir ascendiendo en el camino de santidad, pero siempre con nuestra disponibilidad de corazón, siempre con nuestra mirada puesta en Él pues cuando miramos hacia nosotros comenzamos a hundirnos en la pobreza de nuestro ser, pues sólo de su Mano podemos seguir "caminando sobre las aguas" caudalosas de un mundo que va perdiendo Vida.
"Abrán marchó, como le había dicho el Señor". Esa es la propuesta de Dios de cada día: dejar la comodidad y las excusas y creer que de su Mano todo es posible, aún seguir madurando y creciendo en nuestra vida espiritual, sea cual sea nuestra edad y el estado de nuestro cuerpo, siempre está la esperanza y la confianza de que Dios nos acompañará para poder ser Fieles a la Vida que Él quiere que alcancemos a vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.