«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos".
No comprendemos, muchas veces, que para ser cristianos tenemos que vivir con Cristo y que para alcanzar la Vida eterna la Puerta es Él mismo. En este relato del Evangelio del Buen Pastor Jesús nos revela qué Él es el fundamento de nuestra vida cristiana, Él es la Puerta por la cual hemos de entrar en la vida cristiana, y el Camino que nos conduce al Padre, no hay otra fórmula, no hay otro camino.
A diferencia de las ovejas, decía este fin de semana, nosotros tenemos entendimiento y libertad, por eso no sólo que no nos espantamos ante las voces extrañas sino que, a veces, las seguimos pues nos gusta probar otros pastos, ver otras realidades. Y, en algunos casos, nos cambiamos de pastor y de rebaño, pues nuestro Buen Pastor es muy exigente en la vida y preferimos gozar y disfrutar con otros rebaños que viven "mejor".
Está claro que Dios no nos va a quitar la libertad de elección, pero sí nos va a hacer responsables de nuestra elección, pues ya en el Antiguo Testamento, por medio del Profeta, nos decía: "Mira, yo pongo hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Si escuchas los mandamientos de Yahvé tu Dios que yo te mando hoy... vivirás y te multiplicarás. Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar a postrarte ante otros dioses... yo os declaro hoy que pereceréis sin remedio".
Tenemos libre elección de camino, de pastor, de rebaño por esto también tenemos que hacernos responsables de nuestra elección, de lo que día a día elegimos en función de una elección de vida. La coherencia en la vida implica también hacernos responsables de lo que elegimos, y no como en el momento del pecado original que dijo Adán: "la mujer que tú me diste me tentó y pequé". No, yo elegí, yo decidí y soy responsable de mis actos y elecciones.
Por eso el Bueno Pastor nos pide que conozcamos bien su Voz, que sepamos escucharlo, pues Él como buen Cordero supo escuchar la Voz del Padre y "por medio del sufrimiento aprendió lo que significa obedecer", y así se hizo para nosotros Camino y Vida. Un Camino de obediencia como Cordero sin Mancha que recorrió Él primero, para que nosotros viendo su Vida y conociéndolo, podamos también seguir sus huellas: primero como mansos corderos ante la Voz del Buen Pastor y, luego, como buenos pastores para acompañar la vida de nuestros hermanos.
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