lunes, 27 de marzo de 2017

Exijo milagros ¿tengo fe?

Le dijo Jesús al funcionario que vino a pedirle por un milagro pues su hijo estaba enfermo:
"Jesús le dijo:
«Si no veis signos y prodigios, no creéis».
Creo que en muchas oportunidades somos muy exigentes, o demasiado exigentes, ya sea con Dios, con los demás o con uno mismo. Aquél que es exigente con los demás lo es con Dios y con uno mismo, pues no podemos separar tanto nuestra forma de ser: con este soy así, con este soy asá y con aquél de este otro modo. No tenemos tantas formas de modificar nuestra personalidad de acuerdo con quien estemos, salvo que tengamos un gran problema psicológico de varias personalidades (aunque en algunos casos pareciera que es así...)
Jesús no es que no quería responder al pedido de este funcionario, sino que quería ayudarnos a pensar a todos: ¿por qué exigimos tanto si no damos poco? Si Dios nos diera todo lo que le pedimos ¿encontrará fe en nosotros? O sólo encontrará a alguien que cree en su propio poder: porque todo lo que yo pido Él me lo da. Y ¿cuando no pueda darme lo que le pido?
Para creer, en realidad, no necesitamos de milagros. Para amar no necesitamos que el otro/a sea como yo quiero y haga lo que yo quiero. Para obedecer no necesito que me den la orden que a mí me interesa o que a mi me gusta, he de obedecer aunque no me guste lo que me manden.
Sí, es cierto: la vida de relaciones humanas es complicada, no siempre es como queremos que sea. Pero siempre podemos mejorarla si nos abrimos para sabe mirar mejor, sin condicionantes de nuestra parte. Una mirada más simple y sincera nos ayudará a descubrir al otro con mejor disposición de corazón, y así no le exigiré que haga lo que yo quiero para que me demuestre quién es verdaderamente.
Si realmente quiero amar lo amaré tal como es. Si quiero creer en Él intentaré conocerlo y no pedirle milagros. Si quiero obedecer lo hará porque se de quién me fío, pero no porque sólo me ordene lo que quiero hacer, eso lo hago porque quiero.
Es que en esto de la fe también se nos van metiendo los "derechos" que tengo: porque como hijo tengo derecho a que mi padre me de todo lo que quiero; como pobre tengo derecho a que me alimenten siempre; como tal tengo derecho a... Pero en ese rol de las exigencias de los derechos también están nuestras obligaciones para actuar en coherencia con lo que estoy pidiendo y por qué lo estoy pidiendo y... ¿qué hago yo para agradecer todo lo que me dan? ¿Sigo exigiendo? ¿Sigo pidiendo? ¿Maduro en el Amor? ¿Maduro en la FE?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.