miércoles, 15 de marzo de 2017

El poder que tiraniza

"Ellos dijeron:
«Venga, tramemos un plan contra Jeremías, porque no faltará la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta. Venga, vamos a hablar mal de él y no hagamos caso de sus oráculos».
Como se lee al principio o final de algunas pelis o telenovelas: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Y en realidad no es pura coincidencia, porque ya desde los primeros tiempos del Pueblo de Israel, cuando los Profetas anunciaban algo que le molestaba al pueblo siempre se planeaba contra ellos, algo que Jesús le echó en cara al Pueblo, pues habían matado a muchos Profetas.
Y también, Jesús mismo nos lo anunciaba a todos: "si esto hacen con la madera verde ¿qué no harán con la seca?"
No nos gusta que nos digan algo que no queremos escuchar. No nos gusta que alguien haga algo mejor que yo. No nos gusta que otros puedan quitarme el poder sobre algo que siempre tenía yo. Y cuando algo no me gusta busco la forma de que se note, de que aquellos que buscan la Verdad no la busquen y tramo contra ellos.
Así es el mundo en el que vivimos. O, mejor dicho, hay muchos así en este mundo que vivimos, por que no deberíamos asombrarnos de que pase lo que pase, pues muchos bajo un pseudo título de "buena gente" se la pasa tramando contra la gente que intenta vivir de acuerdo a Dios.
Pero sabemos, y estamos seguros, que nada nos podrá suceder si estamos con Dios, nada que nos quite la esperanza, la fortaleza, la fe y el Amor, sobre todo, nada que nos quite el Amor, pues es el Amor lo único que puede llegar a vencer la maldad que se está instalando en el hombre. Un hombre que busca continuamente lugares de poder, lugares de gloria, lugares para poder dominar a quien tiene a su lado, de lo cual tampoco tenemos que asombrarnos pues le pasaba a los apóstoles en la época de Jesús:
"Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda»
Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron:
-«Podemos».
Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús, les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».
Beberemos cada día el Cáliz del Señor pero nuestro lugar siempre será el del servicio en el Amor, pues es el que dejó libre nuestro Dios y Señor.

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