Ya el libro de la Sabiduría nos lo decía o, mejor dicho, ya en el libro de la Sabiduría Dios nos ponía en alerta, a unos y a otros:
"Se decían los impíos, razonando equivocadamente:
«Acechemos al justo, que nos resulta fastidioso: se opone a nuestro modo de actuar, nos reprocha las faltas contra la ley y nos reprende contra la educación recibida; presume de conocer a Dios y se llama a sí mismo hijo de Dios.
Es un reproche contra nuestros criterios, su sola presencia nos resulta insoportable..."
Siempre la oscuridad va a intentar tapar a la Luz porque en la oscuridad o en las tinieblas todo vale, pues no se puede distinguir entre el bien o el mal y, si todo vale, puedo hacer lo que quiera que nadie puede decirme nada. En el todo vale siempre vale la mentira por verdad, lo falso por verdadero, lo ilegal por legal, lo inmoral por moral.
Así podemos darnos cuenta que lo que estamos viviendo en este siglo no es nada novedoso, no es original lo que se está viviendo o queriendo vivir, no es original que unos se pongan en contra de lo que Dios quiere o de su Voluntad, ni mucho menos que diciéndose hijos de Dios vivan según las tinieblas del mundo.
Por eso mismo el Señor nos dice:
"Así discurren, pero se equivocan, pues los ciega su maldad.
Desconocen los misterios de Dios, no esperan el premio de la santidad ni creen en la recompensa de una vida intachable".
Dándonos esperanza de que los que intentamos vivir en la Luz del Espíritu, aunque nos cueste cada día ser Fieles al Señor, ese es el camino de la santidad, el Camino de una vida intachable que nos conduce a la eterna, y por eso a la Bienaventuranza prometida.
Lo mismo le pasaba a Jesús pues aunque muchos lo consideraban el Mesías, tampoco le creían pues creían saber de dónde venía, al conocer a su familia descartaban que por eso fuese el Mesías.
Nuestro razonamientos cuando nos dejamos influenciar por las tinieblas siempre son falsos o equívocos, por eso cuando hablamos de una vida de fe en el Señor nuestro mirar es desde Él, desde la Luz del Espíritu y "por los frutos los conoceréis", sabremos qué es de Dios y qué no por que podremos dar frutos del espíritu: paz, alegría, esperanza, verdad, justicia, fortaleza, fraternidad, unidad...