Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él:
«Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres.»
Frente a esta afirmación de Jesús me surge aquella pregunta que le hizo Pilatos cuando lo estaba condenando: "Y ¿qué es la verdad?" Por que siempre lo que vemos o pensamos como verdad es "nuestra verdad", que, en realidad, muchos creemos que no hay más verdad que lo que yo creo, yo veo, yo pienso. Y, en algunos casos hago verdad lo que otros me dicen, porque no tengo ni ganas de pensar, ni ver, ni averiguar.
Sí, se nos hace difíciles a los seres humanos poder distinguir cuál es la verdad Verdadera. Por eso Jesús nos pide que le escuchemos, que estemos atentos a su Espíritu que Él nos enseñará el camino de la Verdad, pues Jesús mismo es el Camino, la Verdad y la Vida. Eso significa para nosotros mantenernos firmes y fieles en Su Palabra, Caminando sobre sus mismos pasos de obediencia al Padre y Viviendo en fidelidad a la Vida que Él mismo vivió y que quiere que vivamos.
La búsqueda constante de la Voluntad de Dios nos permite estar en la Verdad de Dios, pues no buscamos hacer nuestra voluntad, sino la Voluntad de Dios, lo que implica un constante trabajo de renuncia a nosotros mismos para cotejarnos con la Palabra de Dios.
Sabemos que no siempre se comprenderá lo que vivimos, incluso en la más radical obediencia a Dios seremos, como los hermanos del Antiguo Testamento, condenados por los demás, pero ellos sabiendo que estaban en la verdad no temieron la mentira de los hombres, sino que aceptaron el martirio y Dios los libró de las llamas de la mentira. Nos enseñas así que cuando caminamos seguros en la Verdad de Dios, nada nos quitará la Vida que Él nos ha dado, y que Él cuida porque nos lleva en sus Manos.
Claro que vivir en la Verdad significa, también, para nosotros ser Luz para los demás, porque la vida del que vive en la Verdad no se calla sino que anuncia y proclama la verdad que vive. Para muchos decir la verdad es, casi, escupirle a los demás sus defectos y pecados, queriendo pasar por el Árbitro y Juez de los hombres, pero no es así como el Señor nos quiere, sino que nos quiere hermanos que sepan ayudar a sus hermanos a encontrar el Camino de la Verdad. Nuestra vida primeramente es una vida en el amor fraterno, y, gracias al amor, podemos enseñar el Camino de la Verdad con amor, con paciencia, con la sabiduría y la misericordia que brotan del Corazón de Jesús, pues es Él quien quiere que el pecado (que nosotros) alcancemos la Vida y no la muerte. No quiere juzgarnos para la muerte, sino que quiere que viendo nuestro pecado, por medio de la reconciliación, alcancemos al Vida.
¡Cuántas maneras de interpretar y vivir la Verdad! Pero es mejor que olvidándonos de nosotros mismos nos pongamos en presencia del Señor, que sea Él, siempre y sólo Él quien nos enseñe a Vivir es la Verdad de Su Palabra.
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