En aquellos días, Josué continuó al pueblo diciendo:
«Pues bien: temed al Señor, servidle con toda sinceridad; quitad de en medio los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del Río y en Egipto; y servid al Señor. Pero si os resulta duro servir al Señor, elegid hoy a quién queréis servir: si a los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitáis; que yo y mi casa serviremos al Señor».
El pueblo respondió:
«¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros dioses!"
Josué contestó:
«Entonces, quitad de en medio los dioses extranjeros que conserváis, e inclinad vuestro corazón hacia el Señor, Dios de Israel».
¿A qué Dios o a qué dioses servimos? ¿Nos lo hemos preguntado?
"Donde esté tu tesoro ahí estará tu corazón", dirá Jesús. Y parafraseándolo podríamos decir: donde está tu corazón ahí está tu dios. O, donde gastas tu tiempo ahí está tu dios. No hay mejor forma de descubrir cuál es nuestro dios que analizando nuestra vida y viendo cuánto tiempo le dedicamos a cada cosa, persona o realidad. Cuánto tiempo utilizamos preguntándonos cuál es la Voluntad de Dios o simplemente hacemos lo que nos agrada. Cuántas veces seguimos los consejos evangélicos o cuántas veces vamos en contra de lo que nos dice Dios.
No es fácil en los tiempos que vivimos tener el corazón dirigido a la Voluntad de Dios, porque vemos que no siempre "tenemos tiempo" para esas cosas. Vivimos inmersos en el "cielo del consumismo" y nuestro dios es el dinero que necesitamos para seguir consumiendo. Y cuánto más consumimos más dinero neceistamos. Y cuanto más necesitamos más timepo necesitamos para conseguirlo.
Sin querer el mundo nos ha metido en un círculo vicioso que nos impide salir, y se convierte, de ese modo en un vicio que no nos damos cuenta que tenemos, se nos crea una adicción sin pensarlo ni beberlo.
¿Hasta cuándo estaremos en ese círculo? ¿Hasta cuando viviremos sin pensar y sin reconocer que nuestro Dios no es nuestro Dios?
Es cierto que podemos llegar a realizar actos religiosos, ¿pero es Dios quien guía nuestros actos? ¿Es Dios quien dirige nuestra vida?
Un buen examen de nuestra vida nos ayudará a descubrir que no somos tan de Dios como pensamos, sino que nos ha ido ganando el mundo el espacio que tendría que tener Dios, y así lo único que hacemos es "maquillar" nuestra vida con actos litúrgicos, pero nuestro corazón puede estar muy lejos de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.