miércoles, 29 de mayo de 2019

El Camino a la Verdad

"En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena..."
A veces queremos saber todo, comprender todo, entender todo, conocer todo... es lógico en el hombre que eso sucede, es propio de nuestra naturaleza el buscar la respuesta y el sentido a todo lo que pasa, e, incluso, a lo que aún no ha sucedido. Pero no todo lo podremos saber y conocer, ni tan siquiera lo que ha pasado. El Don de la Fe que hemos recibido y que intentamos conservar no nos explica todo, sino que nos ayuda a aceptar todo y a ofrecer el dolor de la oscuridad de no poder entender lo que, muchas veces, nos sucede.
Por esto mismo, Jesús, les decía a los apóstoles de la necesidad de que viniera el Espíritu Santo para "guiarnos hasta la verdad plena", un camino que, en algunos momentos, se hace demasiado largo recorrer. Sí, porque vivimos en tiempos donde la ansiedad es parte de nuestra vida, y todo lo que queremos para ayer y no sabemos esperar los tiempos de Dios, tiempos que son eternidad en nuestros días, y días en la eternidad de Dios; pero que, finalmente, siempre llegan en el momento en el que estemos dispuestos a entender, a escuchar.
La ansiedad que vivimos no nos permite, muchas veces, disponernos a escuchar, o, mejor dicho, no nos disponemos a escuchar lo que nos tiene que decir el Padre, porque no siempre queremos escuchar lo que no queremos escuchar, sino que queremos escuchar lo que nos venga bien a nosotros.
La Verdad Plena de la que nos habla el Señor no siempre nos alegrará, porque hablará de parte del Padre y será Él quien nos habra el entendimiento para saber qué es lo que había preparado desde siempre para nosotros, pero eso que Él preparó ¿es lo que nosotros esperábamos? Porque, a veces, tenemos la verdad delante de nuestros ojos pero no la vemos, porque vamos buscando otras verdades. Nos creemos tan sabios e inteligentes que la Verdad no la vemos porque "ya lo sabemos todo", y no nos damos cuenta que lo que hemos conocido por nuestra cuenta sólo es parte de la Verdad e, incluso, muchas veces, no es ni siquiera una parte sino que es la que yo me he inventado para mí.
No tengamos miedo al Espíritu Santo, Él vendrá a revelarnos todo lo que el Padre tiene para nosotros, y no sólo nos enseñará el Camino sino que nos dará la fortaleza necesaria para recorrerlo, aunque nos cueste dar cada paso.

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