"El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió".
Se podría decir: ¡otra vez lo mismo! siempre caemos en lo mismo: en el amor ¿no tendrá otra opción este Cristo? Y no, no tiene otra opción porque esa es la única opción que tenemos en nuestra vida: amar. Porque Dios es Amor, y somos de Él y volvemos a Él, por lo tanto nuestra vida tiene que reflejar lo que verdaderamente somos: hijos del Amor de Dios.
Claro que también es cierto que no se puede puede "guardar" la palabra de quien no se ama, pero tampoco se puede amar a quien no se conoce. Y, creo, que aún somos muchos los que no conocemos verdaderamente a Dios, a su Hijo o al Espíritu Santo. No digo que tengamos que verlos cara a cara, porque quizás sea un poco imposible, pero sí mantener con ellos un diálogo fluido y constante, abrir nuestro corazón a ellos y dejar que Ellos hablen a nuestro corazón.
Y aquí sí volvemos a caer en lo mismo: el tiempo que le dedicamos a concer a nuestro Dios, el tiempo que le dedicamos a conocer a quien amamos. Porque puede haber sido un flechazo, como se dice en las novelas: amor a primera vista, pero eso no alcanza para entregarle nuestra vida, porque el Amor de Dios tiene como consecuencia que mi vida ya no es mía sino que es de Él: "no soy yo quien vive en mí, sino que es Cristo quien vive en mí", decía San Pablo. Y ¿cómo poder vivir así si no le entrego plenamente mi vida? ¿si no me entrego constantemente a ser Fiel a Su Palabra? ¿Cómo vivir Su Palabra si no la reflexiono, si no la escucho? ¿Cómo escucharlo si no lo conozco, si no lo amo?
No son pocos los que, como en la lectura de los Hechos de los apóstoles, quieren imponer otras cargas, otras leyes, otras voluntades. Quizás no lo hacen con mala intención, sino que lo hacen sin conocer, sin saber cómo y quién es el Padre Dios, porque si lo conociéramos y supiéramos que Sus Palabras son Espíritu y Vida, que sólo busca lo mejor para sus hijos, que quiere que vivamos una vida llena de Su Amor, y llegara así al Verdadero Encuentro... entonces no intentarían modificar Su Palabra, no intentarían hacer que la palabra del hombre fuera palabra de Dios, porque la palabra del hombre se la lleva el viento, en cambio la Palabra de Dios es eterna.
Por eso, cuando tengamos dudas acerca de lo que escuchamos, de lo que nos han dicho, que no se turbe nuestro corazón, como los apóstoles recurramos al Espíritu Santo y será Él quien ilumine nuestras dudas y nos de la fuerza suficiente para enfrentar los errores humanos y volver a vivir en la Fidelidad a la Palabra del Padre, que es la única que nos da Vida, y alegra nuestro ánimo para continuar por el Camino de la santidad.
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