miércoles, 15 de mayo de 2019

26 años

"Un día que estaban celebrando el culto al Señor, y ayunaban, dijo el Espíritu Santo:
«Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado».
Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y los enviaron. Con esta misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para Chipre".
Hoy es mi 26º aniversario sacerdotal, parecen pocos años, pero también parecen muchos años, porque el Señor me ha llevado por muchos caminos y me ha permitido entrar en muchas vidas, y todas esas vidas se han ido acumulando en mi corazón y, gracias al Espíritu Santo, han llenado mi alma de sus experiencias, de su amor, de confianza, de esperanza, pero también ha sido el dolor, la cruz, la oscuridad, los errores, el pecado, que han permitido que, cada día, pueda ser un poquito más fuerte y buscar, sobre todo, la Gracia para sostenerme en Fidelidad al Señor.
Es cierto loq ue muchas veces escuchamos de parte del Señor: "no sois vosotros quienes me han elegido sino que Yo os elegí y saqué del mundo para que vayan y den fruto en abundancia". Quizás el llamado o la llamada no es tan evidente como en este pasaje de Hechos de los apóstoles, pero siempre hay una llamada que se siente al corazón y repercute en el alma y en la vida diaria, porque cuando el Señor toca el corazón siempre hay un rebote en todas partes que te permite buscar un "algo" que de respuesta al vacío que vas sintiendo.
Ese "algo" de repente se convierte en un "alguien" que, con los medios y la disposición del corazón, se transforma en un "Alguien" que en un momento determinado se ilumina y te descubre el por qué del vacío y la insatisfacción, y así sientes que ya no puedes estar sin Él, y que tu vida puede cambiar si decides seguirlo.
Como cualquier decisión nunca es fácil tomarla, pero cuando la tomas Él te regala la Paz al alma para que comiences a vivir un Camino en la Confianza y la Entrega al más sincero y perfecto Amor. Pero una entrega que va totalmente unida su Vida, Pasión y Resurrección, porque el Camino junto a Jesús es un Camino con todos sus pasos. Pero, ciertamente, es un Camino que recorremos de Su Mano, porque cuando nos soltamos, siempre hay tropiezos y caídas, y, si somos conscientes y sinceros, podremos decir como Pedro, cuando se hundía en las aguas del mar: "¡Señor, sálvame!" y Él tenderá su Mano y nos volveremos a coger de ella para seguir caminando sobre las aguas de una vida nueva.
Son 26 años de vida sacerdotal en los que siempre tendré que agradecer lo vivido, y todo lo vivido, en luces y sombras, pecado y gracia, amores y odios... porque todo eso seguirá siendo parte de la vida y con la Gracia del Señor, se irá transformando en sabiduría que Él me permitrá repartir entre aquellos que ponga en mi camino, que es Su Camino.
Por eso, no dudes nunca que, aunque parezcan decisiones difíciles y no sepas cómo, si le dices ¡Sí! al Señor, Él tenderá su Mano y te conducirá por el mejor de los Caminos.

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