sábado, 2 de diciembre de 2017

Tened cuidado de vosotros...


"En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
Muchas veces decimos o hemos escuchado decir: "si hubiera tenido más tiempo o me hubiese dado cuenta a tiempo...". Porque sólo cuando el tiempo se nos viene encima nos damos cuenta que no hemos tenido el tiempo suficiente para hacer lo que realmente necesitábamos hacer.
Cuando se nos presentan situaciones difíciles nos damos cuenta que no hemos dicho cuánto queríamos a alguien, que no lo hemos abrazado lo suficiente, que no le hemos dedicado el tiempo que quería, que no hemos podido pedir perdón o que no hemos perdonado... ¡y tantas otras cosas más! Pero, también es cierto, que una vez que la cosa pasó volvemos al mismo ritmo de embotarnos con las prisas de todos los días y no dejamos tiempo para el buen ocio o para el encuentro con los que quiero, ni tan siquiera para el encuentro con mi Dios y Señor: siempre hay otras cosas que necesitan mi tiempo, pero nunca tengo tiempo para las personas que quiero.
Es muy común que hayamos puesto una y otra vez en el muro del Face o de otra red social que debemos abrazar más, besar más, etc. Pero nunca lo hemos dejado grabado en el muro de nuestro corazón, porque así como pasa el muro o el cartel con la misma rapidez cambian las necesidades de nuestro corazón y nos olvidamos de lo que realmente es necesario:
"Marta, Marta: te inquietas y te afanas por muchas cosas..."
Es que, en los tiempos que corren, nos volvemos animalitos de malas costumbres, porque junto con el tiempo corremos nosotros, o mejor dicho, al tiempo lo hacemos correr nosotros porque el tiempo es la medida de nuestras acciones (no es una definición muy certera, pero me entendéis) Cuanto más cosas hago no es que se me agreguen horas a la vida, sino que, muchas veces, parece que voy perdiendo vida a medida que me faltan horas.
No esperemos que ese día llegue sin tener en cuenta qué es lo esencial en nuestras vidas. No dejemos que las inquietudes y los afanes diarios emboten mi cabeza y mi corazón y no me permita ver cuánto me necesitan y cuánto necesito de los que están a mi lado, y cuánto necesito a mi Dios que siempre me está esperando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.