"En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán»
Uno podría pensar que lo más importante de la Palabra de Jesús son sus profecías, y podríamos estar escribiéndolas y haciendo una lista para ver si ya están pasando o para estar atentos para cuando pasen. Pero ese no es el fin de las profecías de Jesús, pues como el mismo ha dicho "la hora no la sabe nadie, ni siquiera el Hijo, sino solamente el Padre", pero tampoco es lógico que Él quiera que nos preocupemos en saber el día final, ni tan siquiera Él lo tiene escrito en un papel para poder adelantárnoslo.
Por un lado quiere que tengamos en cuenta que lo terrenal tiene caducidad, no somos eternos en lo que se refiere a la materia, a nuestro cuerpo, así como tampoco el mundo es eterno: tiene un comienzo y tiene un fin, que nadie aún conoce sino aquél que lo ha creado.
Pero lo importante es saber que en este tiempo que Dios no ha regalado aquí, en la Tierra, hemos de vivir perfeccionando no sólo nuestra vida egoístamente, sino perfeccionando nuestra vida para mejorar el mundo en el que vivimos, ya que "toda la creación gime esperando" nuestra plenitud.
Y lo esencial de esta profecía de Jesús es el final de la frase: "pero mis palabras no pasarán", su Palabra de Vida no pasará, sus consejos evangélicos no pasaran. Es decir lo que Él ha querido que quede escrito para nosotros no tiene fecha de caducidad, no podrá venir otro legislador a modificarlas y hacerlas diferentes. Porque ese es un deseo que el hombre de este siglo tiene: cambiar la Palabra de Dios. Y eso, para los que creemos, no tiene vuelta. Solo se pueden hacer dos cosas con la Palabra de Dios: creer y vivir, o no creer y buscar otra vida.
Pero si digo que soy cristiano entonces mi camino es el La Palabra de Dios, no hay otro Camino más que Cristo, pues Él lo dijo: Yo soy el Camino, y Él era la Palabra que se hizo carne y es esa Palabra la que tenemos escrita en los Evangelios, por lo tanto, cuando hemos decidido ser cristianos el único método que tenemos de vida es la Palabra de Dios, la Palabra de Jesús, una Palabra que es Vida y que no pasará según el querer de cualquier legislador.
Y esa es nuestra seguridad, pues sus Promesas y todo lo que Él nos dejó escrito no pasará jamás, por eso nuestra confianza está puesta en Él y no en la palabra de los hombres que hoy es sí y mañana no. La Palabra de Dios es Viva y es Eterna, nos da confianza, seguridad y vida.
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