miércoles, 20 de diciembre de 2017

Alégrate, llena de Gracia

"El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ya antes de dar una respuesta al Plan de Dios, María era la llena de Gracia, por eso el Ángel la saludó de ese modo, dándole a entender (aunque Ella quizás no se diera cuenta) que Dios la había preparado para ese momento.
Y, a nosotros los bautizados, también nos ha llenado de Gracia el día de nuestro bautismo cuando el Espíritu Santo fue infundido en nuestro cuerpo trasnformándonos en hijos de Dios. Desde ese momento también nosotros podemos escuchar las mismas palabras: ¡Alégrate! pues estás con la Gracia de Dios. Una Gracia de Dios que hemos de conservar y mantener a lo largo de nuestra vida, pues también, como María, tenemos una misión particular cada uno.
Una misión que no se nos ha dado explícitamente como a María, pero que sí hemos ido discerniendo a lo largo de nuestra vida, o, seguramente, aún nos falta por discenrir y descubrir.
Pero estamos seguros de una vocación primera y fundamental: la santidad, pues para eso el Señor nos regaló su Vida y nos dió su Espíritu: "para que seamos santos e irreprochables ante Él por el amor".
María, por la Gracia y el Espíritu, concibió (como dicen los Padres de la Iglesia) primero la Palabra en su corazón y después en su seno. Nosotros como hijos de Dios e hijos de María, también hemos de dejar que la Palabra se haga vida en nuestro corazón para que podamos ser Portadores de Buenas Noticias, siempre y en todo lugar. Pues la Alegría de la Buena Noticia, que hemos recibido y que creemos, es la Alegría que tenemos que transmitir con nuestra vida de cristianos.
Una alegría fundada en la certeza de nuestra filiación divina, en la esperanza de la Vida Nueva que se nos ha dado y que vamos conquistando cada día, y, sobre todo en la vivencia plena del Amor de Dios que hay en nosotros y que nosotros lo vivimos con nuestros hermanos.
Pues cuanto más nos entregamos a misión de llevar, como María a Isabel, la alegría de la Vida Nueva que hay en nosotros, más se aumenta la Gracia que el Señor nos otorga cada día para ser Fieles a la Vida que nos ha dado y que nos pide vivir.
Por eso el "¡Alegrate! llena de Gracia" que María escuchó es el mismo que Ella quiere que sintamos en nuestro corazón, cada día, al despertarnos a la Vida en Dios. Esa misma Vida que nos preparamos a celebrar con el Nacimiento de su Hijo.

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