domingo, 10 de julio de 2016

Si preguntas, actúa

Quizás no seamos tan cínicos como el maestro de la Ley que quería atraparlo a Jesús en alguna equivocación o con algo contrario a la Ley, pero sí en ocasiones preguntamos por gusto o sabiendo que no vamos a hacer lo que nos digan. O, mejor dicho, preguntamos y si no nos gusta lo que nos dice tal, vamos a cual a ver si me dice lo que quiero oír, para, finalmente, hacer lo que quiero.
El maestro de la Ley preguntó sabiendo qué es lo que tenía que hacer, y para no quedar mal ante Jesús, volvió a preguntar. El tema es que a Jesús no se le pasa nada de largo, y utilizó la re-pregunta para subir la exigencia del amor. Sí, en la parábola del Buen Samaritano (se podría decir) comienza a perfilar las exigencias del amor evangélico: no sólo amar a quien me ama, ayudar a quien me ayude, sino amar a quien me odia, orar por quien me persigue, ayudar a quien no quiero...
Es cierto que "como somos libres podemos hacer lo que queremos", pero también es cierto que hay una ley en nuestro corazón que nos indica el camino que debo recorrer y, aunque, me haga el sordo frente a lo que me dicta la conciencia o el corazón, me queda la espinita de saber que lo que he hecho no está bien. Y son cosas que las sabemos de pequeño, e, incluso, si nos ponemos a ver hasta los animalitos que tenemos en casa se dan cuenta cuándo hicieron una trastada y se andan escondiendo para no recibir una llamada de atención.
"El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que lo cumplas.»
Por eso, cuando preguntamos es nuestra pregunta la que nos indica lo que hemos de hacer, es la respuesta que nos dan la que nos marca la responsabilidad de haber preguntado y de seguir el consejo que me han dado. Pero no debo andar preguntando de un lado para el otro para ver quién se contradice o quien me dice lo que quiero oír. Si no quieres escuchar la respuesta que te doy no me preguntes, pero si me preguntas, por favor, intenta, por lo menos, ser obediente a lo que te decimos.
Y, claro, busca a quien pueda responderte de acuerdo a lo que estás llamado a vivir, no busques a cualquiera que no pueda indicarte el verdadero camino, pues sólo queriendo ir por donde se me ocurre quizás no llegues al final que imaginas, sino que puede ser que te llegues a desviar mucho de un buen final.
Así Jesús nos decía: "el camino que lleva a la vida eterna es estrecho, el camino que nos lleva a perdición es amplio" (aunque es algo parecido lo que Él nos decía, pero se entiende lo que quiero decir) Sí, también es cierto que muchas veces es difícil lo que Dios me pide hacer o lo que me permite vivir, pero ya nos lo decía:
«Escucha la voz del Señor, tu Dios, observando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el libro de esta ley, y vuelve al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma.
Porque este precepto que yo te mando hoy no excede tus fuerzas, ni es inalcanzable".
Por lo tanto, si preguntas escucha y si escuchas actúa, si no ni siquiera preguntes, y actúa como quieras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.