"En aquel tiempo,tomó la palabra Jesús y dijo:
-«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Se podría pensar que es una contradicción que Jesús nos pida que carguemos su yugo para sentirnos descansados. Por que si nos ponemos a pensar en lo que Él vivió y sufrió por nosotros nos daremos cuenta que su yugo no ha sido liviano. ¿Nos quiere engañar? No, no es una contradicción ni es un engaño. ¿Cuál ha sido el yugo de Jesús? Su obediencia al Padre, su Fidelidad a la Voluntad de Dios.
Y ¿porqué la obediencia y la fidelidad son un yugo suave y llevadero? Por que cuando aceptamos la Voluntad de Dios es Él quien nos da la Gracia para vivirla. Hay dos pasajes del evangelio que nos ayudarán (gráficamente) a comprenderlo: las tentaciones en el desierto y la oración en el Huerto. Cuando finalizan las tentaciones en el desierto, el evangelio nos cuenta que "los ángeles le servían", y, cuando en el Huerto, por tercera vez, le dice al Padre: "pero que no se haga mi voluntad sino la Tuya" también el Padre manda los ángeles para que lo consuelen.
Así quiere el Padre que vivamos nosotros, por eso Jesús nos dice: "aprended de mí", porque su vida es para nosotros una enseñanza continua. No deja nada de vivir, como nosotros, salvo el pecado, para que tengamos en Él un espejo en el cual mirarnos y poder "llevar a la práctica" lo que Él fue viviendo primero.
Y vuelvo a decir como siempre digo: no pensemos en qué Él por ser Dios le fue todo más fácil, no. Y a nosotros nos va a ser todo más difícil. Como Jesús tenemos que disponernos a ser Fieles al Padre y Él nos dará su Espíritu para que podamos cargar con su yugo, pues Él cargará con el nuestro.
Jesús en el camino de nuestra vida será nuestro Samaritano, nuestro Cireneo y nuestra Verónica, pues no nos deja en ningún momento del Camino, aunque nosotros nos apartemos del Camino, Él siempre estará cerca, esperando que tendamos la mano para que Él nos conduzca, esperando que le pidamos que cargue nuestro yugo y que nos conceda llevar el de Él. Estará esperando que le digamos que ya no podemos más y que necesitamos su ayuda para seguir viviendo en Fidelidad y Obediencia. Pero no le pidamos simplemente que nos quite la carga, sino que nos de la Gracia para poder llevarla, así como Él le pidió al Padre, que también nosotros lo podamos hacer:
"Si es posible aparta de mí este Cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya".
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