martes, 7 de junio de 2016

Somos Sal y Luz

La lectura de los Reyes nos lleva a otra situación crítica que le toca vivir a Elías, con otra mujer viuda. Un hecho muy particular que nos abre los ojos a una actitud de fe profunda de una mujer en situación de riesgo: ella y su hijo se preparan para morir de hambre y el Profeta, enviado por Dios le pide que le de comer y así a ellos no les faltará nunca la harina y el aceite.
Ante ese pedido la mujer tiene que hacer un gran acto de fe, pero tampoco perdía mucho si no lo hacía, pues ya estaban preparados para morir. Aunque podría haberse negado, pues ¿por qué creerle a alguien que dice que viene de parte de Dios? Pero creyó y lo que Dios le dijo por Elías se cumplió.
Algunos a esto le llaman un "salto en la fe", porque es dar un gran salto desde lo meramente humano a algo que no se si existe o va existir, creer en una promesa que no se si va a realizar.
Es lo que a nosotros nos toca vivir a diario: saltar en la fe, salir de lo meramente humano para poder "subirnos" a los sobrenatural, que nuestra vida tenga un brillo sobrenatural porque creemos que Dios, cada día, nos pide algo más para dar.
Y, además, cada día, vivimos agradecidos porque sabemos que lo que lo que tenemos es lo que Dios nos ha dado cada día, y así vivimos con la alegría de saber que si creemos y nos disponemos siempre tendremos lo que necesitemos: "la orza de harina no se vació ni la alcuza de aceite".
Y ¿todo esto por qué? Porque nuestra vida no es sólo para nosotros: "vosotros sois la sal de la tierra", "vosotros sois la luz del mundo". Si nosotros, los que decimos que creemos en "Dios Padre todopoderoso...", vivimos como si no tuviéramos a nadie que nos protege, que nos anima, que nos cuida con Su Providencia, ¿cómo hacemos para que decirle a los demás que es bueno creer?
Si ante cada situación dolorosa o ante cada cruz o ante cada crisis perdemos la fe, la esperanza, la alegría... ¿qué les queda a aquellos que no tienen fe? Si no confiamos en la Palabra de Dios que Él nos dirige todos los días y buscamos "otros seguros" en otras religiones o ciencias... No estamos siendo Luz, sino lo contrario estamos sembrando confusión.
Si no llevamos a todos los lugares signos de esperanza, si no sembramos alegría en el corazón de los hermanos, si no damos fortaleza a los que están abatidos... no somos Sal que da buen sabor a la vida, que no deja que nada se pudra.
Somos hombres (varones y mujeres) de fe, que viven lo que creen porque saben en Quién han puesto su confianza, su esperanza; hemos experimentado Su Providencia en nuestras vidas y su fortaleza en los momentos de debilidad. Y, porque confiamos y creemos, nunca se nos vacía la orza de la Fe, ni la alcuza de Amor.

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