viernes, 17 de junio de 2016

Cuál es mi tesoro? Dónde está mi corazón?

"Jesús dijo a sus discípulos:
No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón".
¿A qué tesoros se refiere Jesús? A todos y a ninguno en particular, porque cada uno de nosotros tenemos nuestros propios tesoros. No podemos decir que sólo habla del dinero, sino de aquello por que todos los días nos dejamos la vida, nos quita el sueño, dejamos de estar en paz, de estar con amigos, con la familia.
Sería muy pobre encerrar en la palabra tesoro solamente los bienes materiales, el dinero; pues hay muchos que sin dinero tienen sus propios tesoros, eso que no me deja ver nada más que lo que quiero y deseo, sin detenerme a pensar en el que está a mi lado, en quien me necesita, en quien me quiere o espera algo de mí.
"Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón". Ese tesoro es el que ocupa mi corazón, por eso muchas veces dejo de lado relaciones personales, amistades, familia, dejo de estar presente en los lugares donde me sentía bien, dejo de llamar a amigos para ver cómo están, dejo de estar con mi familia y disfrutar con ellos, todo porque hay otra cosa o cosas que ocupan mi corazón.
A estos tesoros los podemos llamar trabajo, estudios, diversión, ambición, egoísmo, despreocupación e, incluso, muchas veces hasta religión.
El Señor nos invita a poner un equilibrio en mi vida, a descubrir de acuerdo a mi llamado, a lo que he elegido vivir, que no haya nada que me nuble la mirada del corazón, que sepa que haya cosas que aunque las pueda retener mucho tiempo nunca me las podré llevar a la eternidad, sin embargo hay otras tantas cosas que mantendré hasta la eternidad: el amor de los que amo.
Cuántas veces por una hora más de trabajo no puedo ver crecer a los hijos? Cuantas veces por una hora más de trabajo no estoy con mi pareja, con mi esposa/o? Cuántas veces por una hora más de gimnasio no estoy con mis amigos? Una hora más de estudio y me pierdo de cenar con mis padres, de salir con amigos? Por tener un título más dejo de vivir la aventura de la juventud? Por vivir la vida loca dejo de experimentar el gozo de una pareja, de formar una familia, de ser padre o madre?...
¡Hay tantos tesoros ofrecidos en este mundo! Que nos olvidamos que los verdaderos tesoros los tenemos a nuestro lado y muchas veces no los valoramos como es debido. Sólo cuando es demasiado tarde descubrimos su valor.

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