martes, 16 de diciembre de 2014

Tiempo de arrepentirse

El tiempo de Adviento, y más aún, un adviento tan cercano a la Navidad, es un buen tiempo para el arrepentimiento.
En el Evangelio Jesús nos habla de dos hijos que son enviados por su padre al trabajo, uno dice que sí pero es no, el otro dice no pero es sí. Los dos vuelven a pensar lo que dijeron y cambian de opinión.
Claro que Jesús en este evangelio se refiere a quién hace la Voluntad del Padre que está en el Cielo, y nos muestra que aunque primero digamos que no, es bueno recapacitar y hacer lo que nos ha pedido del Padre. Pero también se puede ver que es un momento de arrepentimiento, me arrepiento de lo que he dicho y hago lo que debo hacer.
Y por eso pensaba que Adviento es también un tiempo de arrepentirse, de buscar dentro nuestro cuántas cosas hemos hecho mal. Pero, sobre todo, buscar aquellas cosas de las cuales aún no me he arrepentido y que me mantienen alejado de algunas personas a las que quiero y que me quieren.
Porque hemos pasado la mitad del Camino hacia la Navidad, y es un tiempo de volver a creer en el perdón, en el amor, en la paz. Y encontramos Paz cuando reconocemos el error, encontramos paz cuando dejamos de lado el orgullo y la vanidad y estiramos la mano en señal de perdón. Encontramos paz cuando en el corazón vuelven a nacer los deseos de fraternidad, de amor, de volver a unir aquello que algún día se rompió por soberbia, por egoísmos, por no haber pensado antes de dar una respuesta.
Hay tantas relaciones en nuestras vidas que se van perdiendo simplemente por no volver a pensar y arrepentirnos. Porque hacer la Voluntad de Dios también implica solucionar las desavenencias, las peleas sin resolver, las amistades que se han perdido... en definitiva: pedir perdón y saber perdonar.
Navidad es un tiempo hermoso para regalar más amor del que he recibido. Navidad es un tiempo para regalar más perdón del que me han otorgado.
Navidad es descubrir que el Niño Dios viene a mostrarnos el Amor del Padre que quiere nacer en nuestro corazón, para que también nosotros podamos volver a Nacer en el amor, para que podamos volver a creer que sólo el Amor puede transformar el corazón del hombre, el mío y el tuyo.

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