miércoles, 10 de diciembre de 2014

Te sigo esperando

Y Dios sigue diciendo por medio de Isaías:
"Por qué andas hablando, Jacob, y diciendo, Israel:
«Mi suerte está oculta al Señor, mi Dios ignora mi causa»?
¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído?
El Señor es un Dios eterno y creó los confines del orbe.
No se cansa, no se fatiga, es insondable su inteligencia".
Y me traía a la cabeza algo que hablaba hace unos días con alguien, porque me decían: "y yo lo llamé tantas veces y no me llamó, no se si estará enojado conmigo o qué le pasa", "y no me ha llamado para nada, ¿será que no le importo?" "Y por eso yo no lo llamo, porque no me llama".
Santa Teresita nos decía que en el amor no existen las matemáticas, porque cuando las usamos comenzamos a perder amor, porque siempre estamos contando cuantas veces me llamó, cuantas lo llamé, si hice esto por aquél o aquello por ésta, y siempre, gracias a nuestro egoísmo los demás están en deuda, y así nos vamos alejando del amor, y de quienes queremos.
Y así nos pasa con Dios, porque no nos habla, porque no lo sentimos, porque no nos da lo que pedimos, porque le pedimos un signo y no nos da nada...
¿No será que no me he acercado cuanto he podido? Porque Dios siempre está en el mismo lugar, siempre está a la misma distancia, con el mismo tiempo. ¿No será que yo me he alejado, que no lo escucho, que no me acerco?
Porque es Él quien me ha dicho (y está en el Evangelio de hoy):
"Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera"-
Fíjate porque, a veces, reclamamos algo que ya tenemos, pero que no hemos descubierto pues buscamos sin mirar, pedimos sin saber, reclamamos sin dar. Y, como el ejemplo de antes, el otro está a la misma distancia que yo, y si yo necesito de él deberé dar el paso, dejar de lado mi orgullo y vanidad, mi egoísmo y matemáticas, e ir a su encuentro, porque lo que necesito es encontrarme.
Porque además se que lo que me dice Isaías también es verdad:
"Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; se cansan los muchachos, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse".
No lo dudes, no hagas cuentas, deja todo y ve al lugar al que encuentras el mejor de los abrazos, la mejor de las sonrisas y la Vida verdadera.

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