jueves, 4 de diciembre de 2014

Hombres nuevos

De luz nueva se viste la tierra,
porque el Sol que del cielo ha venido
en el seno feliz de la Virgen
de su carne se ha revestido.

Ya el profeta Isaías nos pedía y nos decía:
"Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua: doblegó a los habitantes de la altura y a la ciudad elevada; la humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó al polvo, y la pisan los pies, los pies del humilde, las pisadas de los pobres.»
Nos pedía confianza en el Señor, porque el Señor es quien sostiene nuestra vida, el Señor es la Roca sólida y segura desde la cual comenzar a construir nuestra vida, nuestra persona; y, desde nosotros nuestra sociedad.
Porque la construcción de una sociedad sana, justa y fraterna se construye con cimientos sólidos y firmes, y esos cimientos de la sociedad somos cada uno de nosotros. Si, la sociedad que tanto queremos aquella en la que no haya injusticias, crímenes, una sociedad en la que hay orden, paz, bienestar; esa sociedad depende de cada uno de nosotros, porque cada uno de nosotros somos esa sociedad, somos esa familia, esa ciudad, ese país, este mundo.
Hoy cuando vemos nuestro mundo y nos duele la situación que se esta viviendo, cuando escuchamos mi que sucede en nuestro pueblo o ciudad, cuando sufrimos por lo que acontece en nuestra familia... Si, de eso hay una parte que aportamos cada uno de nosotros, porque lo que hoy sucede es el resultado de nuestras decisiones de ayer, de lo que hemos vivido y de como hemos respondido a nuestro compromiso con nuestra familia, nuestra sociedad.
Los que participamos del Don de la Fe en Jesucristo, somos Iglesia, somos las "piedras vivas" que forman la Iglesia de Cristo, su Cuerpo Místico, por eso también nuestra respuesta a Dios, nuestro dejarnos guiar por El, hace que la Iglesia sea mejor o peor, que de testimonio de vida o no.
Por eso, en esta primera semana de adviento Jesus nos llama a pensar en donde hemos puesto los cimientos de este edificio que es nuestra persona, como hombres (varones o mujeres), hijos de Dios que desde la fe recibida el día del bautismo están llamados a construir la Iglesia, Pueblo de Dios, que lleve al mundo el mensaje de un Hombre Nuevo, que vive en fidelidad al Señor, y que, con su Gracia es instrumento de transformación de la sociedad.
Somos sembradores de esperanza, la esperanza que nos trajo un Niño que nació en un portal, ,a esperanza que nos trajo Jesus cuando salió del sepulcro y nos envió, con una vida nueva, a hacer nuevas todas las cosas comenzando por. U estro corazón.

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