"Digo esto, hermanos, que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina".
Se podría pensar que san Pablo estaba en uno de esos días donde todo es negro, y donde el fin es inminente. Pero no, san Pablo no era un pesimista, sino que miraba la vida con los ojos de Dios, es decir, sabía que lo que Él había encontrado: a Jesús, era una vida nueva, aquí en la tierra, pero que la verdadera vida no estaba aquí, sino que íbamos camino hacia allá. Pero, a la vez, era consciente de que la vida que nos esperaba es la vida que vamos construyendo, día a día, con nuestra fidelidad a la Voluntad de Dios.
Por eso, él se limita a hacernos descubrir que esta vida terrenal es pasajera, que llegará un día en que terminará, y ¿qué hemos hecho para recibir la vida eterna? ¿Hemos trabajado para alcanzar la Vida Eterna que Jesús nos prometió?
Muchas veces vemos gente que está empecinada en acumular bienes como si fuera a vivir eternamente en la tierra, bienes que nunca podrá llevarse a la eternidad, y ¿qué es lo que se llevará? ¿Qué es lo que ha cultivado en su corazón?
Claro está que los bienes que nos permite el Señor tener son eso, siempre y cuando los usemos para el Bien, sino pasan a ser males que no nos dejan vivir en la Bondad, el Amor, al Esperanza, la Alegría, sino que siempre se estará pendiente del valor de los bienes y no del amor por las personas. Y, menos aún, del cuidado de nuestra alma para no caer en la obsesión del mundo: tener para ser, siendo que la verdad se demuestra en el ser y no en el tener.
Así que no nos preocupemos de los bienes, siempre y cuando vivamos en Fidelidad a la Voluntad de Dios, los bienes serán un anexo en nuestra vida que nos darán más paz o menos paz, de acuerdo en cómo llenemos nuestro corazón, porque donde esté tu tesoro ahí estará tu corazón. Por eso, tengamos lo que tengamos aprendamos a disfrutarlo, pero, sobre todo, aprendamos a disfrutar de las personas que tenemos a nuestro lado y, buscando, en cada momento, cuál es la Voluntad de Dios para mi vida, pues ahí el Señor nos dará la Gracia para vivir en Fidelidad a la Vida que nos verdaderamente nos plenitica y nos lleva a la Eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.