"Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados, y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano".
"Creisteis en vano", le dice san Pablo a los Corintios, haciéndoles tomar en cuenta que cuando no vivimos lo que decimos creer, entonces vivimos en vano, o decimos en vano que somos algo que no somos o que no vivimos. ¿Por qué? Porque nadie nos obliga a decir que creemos en Cristo o que somos cristianos, si en realidad lo que queremos es vivir otra cosa u otra religión.
En estos "nuevos" tiempos, y no los tiempos nuevos del COVID, sino en estos tiempos en donde se mezclan todas las ideología, y donde no hay límites en nuestras formas de vida, y en donde todo vale para que yo sea feliz, creemos que podemos decir que somos cristianos viviendo otro evangelio que no sea el que nos han predicado los apóstoles, y que, como Iglesia, se ha aceptado como Palabra de Dios.
Pero, mirad, no es algo nuevo, pues ya Pablo al comienzo de la vida de la comunidad de los Corintios, se lo planteaba a ellos. Es decir no somos muy originales por querer mezclar preceptos religiosos en nuestras vidas, pero claro que, al querer vivir otros "mandamientos" y no los nuestros, entonces no esperes recibir lo que buscas sino lo que encuentres. Si digo que soy cristiano pero no vivo el evangelio de Cristo no esperes encontrarte con Cristo en el último día, porque en definitiva habrás dicho que eres cristiano pero no has vivido como cristiano.
"Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo como ellos predicamos así y así lo creísteis vosotros".
Y esta afirmación de Pablo es la que más me gusta: "por la gracia de Dios soy lo que soy", no es que Pablo se gloríe de sí mismo, sino de lo que Dios ha hecho con él, porque siendo que era judío y perseguidor de los cristiano, Jesús lo eligió y él se convirtió y con mucho esfuerzo, y con mucha guerra interna, consiguió alcanzar la meta que Dios le propuso y que él acepto. Por eso mismo se nos muestra como ejemplo de conversión, haciéndonos ver que, aunque, nos hubiésemos desviado del Camino que Jesús nos ha mostrado para vivir, siempre tenemos la oportunidad de volver a recomenzar y permanecer Fiel a esa Vida que Él vivió por y para nosotros; porque es esa vida la que decimos que vivimos, y, por lo tanto, tenemos que volver a analizarnos y descubrir qué cosas o ideas no evangélicas hay en mi vida para poder quitarlas y purificar así nuestro ser cristiano.
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